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22 de junio de 2023

Violencia externa en el trabajo: cómo cuidar la salud mental de los empleados


Los sectores de la salud y la seguridad se encuentran entre los más sectores más expuestos a sufrir situaciones de violencia en sus trabajos.

Existen determinadas profesiones que las que, por su propia naturaleza, los trabajadores pueden estar en mayor medida expuestos a situaciones de violencia externa, ya sea por parte de clientes, compañeros o personas ajenas al entorno laboral. Esta violencia puede ser de naturaleza física, verbal o psicológica, y puede afectar la salud mental y/o psicológica de los empleados.

La exposición a estas situaciones puede generar consecuencias negativas que afectan a la salud mental y al bienestar de los empleados. Por esta razón, es fundamental que las empresas tomen medidas que permitan prevenir su aparición, y en su caso, que permitan proteger la salud mental de sus empleados. Entre algunas de las formas de violencia externa que pueden experimentar los trabajadores, cabe mencionar, por ejemplo, las amenazas, el acoso, la intimidación, la agresión física o el robo, con o sin violencia. Estas situaciones pueden generar una respuesta de estrés en quién lo sufre y tener consecuencias como son el desarrollo de trastornos de ansiedad, los cuadros depresivos e incluso, trastornos del sueño, entre otros. Es importante que las empresas adopten medidas para prevenir y abordar estas situaciones con el fin de proteger la salud y el bienestar de sus trabajadores.

¿Cuáles son los sectores más afectados por la violencia externa? En general, cualquier sector que implique contacto directo con el público o situaciones de alta tensión puede ser propenso a la violencia externa. No obstante, hay algunos que suelen estar más expuestos que otros. Por ejemplo, uno de los más afectados es el sector de la salud, donde los trabajadores pueden experimentar episodios de violencia por parte de pacientes o familiares. Otro sector vulnerable es el de la seguridad, donde los trabajadores pueden estar expuestos a situaciones de violencia en su labor de protección y control.

Según su naturaleza, la violencia externa se puede categorizar en diferentes tipos, tales como la agresión física, la intimidación, el acoso, el robo, el vandalismo y la violencia sexual, siendo el atraco y la amenaza los dos tipos de violencia más extendidos en el ámbito laboral. Experimentar este tipo de situaciones puede tener consecuencias graves en la salud mental de los trabajadores, especialmente cuando se dirige directamente hacia ellos.

Atraco como riesgo asociado en el ámbito laboral El atraco es una forma de violencia externa y un riesgo importante en el ámbito laboral. Los empleados pueden ser atracados o asaltados por delincuentes que buscan robarles dinero, equipos o cualquier otro objeto de valor. Además del daño material, pueden sufrir lesiones de diversa índole, tanto física, como mental que, si no son tratadas y manejadas adecuadamente, pueden tener consecuencias a largo plazo.

Siendo el atraco un riesgo que puede estar presente en un gran conjunto de sectores a nivel laboral, su aparición es más probable en aquellos donde hay una interacción directa y constante con el público. Por ejemplo, los trabajadores del sector banca, la venta minorista, el transporte público y la hostelería, son particularmente vulnerables al atraco. Las empresas pueden reducir el riesgo de atraco impulsando medidas preventivas como la instalación de sistemas de seguridad, la capacitación de los empleados en técnicas de prevención de la violencia y la adopción de políticas de seguridad adecuadas. Sin embargo, también resulta importante entrenar a los empleados en el manejo de este tipo de situaciones y sobre todo, dotarles de herramientas que faciliten una recuperación exitosa, en caso de experimentarlo.

Amenaza como riesgo asociado en el ámbito laboral La amenaza es otra forma de violencia externa que puede generar un riesgo importante en el ámbito laboral. Los empleados pueden ser amenazados por clientes, compañeros de trabajo, proveedores o cualquier otra persona con la que interactúen en su trabajo. Las amenazas pueden ser verbales o físicas, pero ambas formas tienen algo en común y es que son susceptibles de generar miedo, ansiedad y estrés en quién lo sufre.

El riesgo de amenaza puede estar presente en cualquier entorno laboral, pero es más común en aquellos donde los empleados tienen que lidiar con personas agresivas o conflictivas. Por ejemplo, los trabajadores de servicios sociales, la atención al cliente y la seguridad privada son particularmente vulnerables a las amenazas.

Impacto de la violencia externa en el trabajo en la salud mental La violencia externa en el trabajo puede tener un impacto negativo significativo en la salud mental de los empleados, lo que a su vez puede afectar su desempeño laboral y su satisfacción en el trabajo. Los trabajadores que han experimentado cualquier tipo de violencia externa pueden desarrollar trastornos de ansiedad, estrés postraumático, depresión y otros problemas de salud mental que pueden requerir tratamiento y un tiempo posterior para la recuperación.

Además, la violencia externa también puede tener un impacto en la propia empresa. La disminución del rendimiento y el absentismo laboral son solo algunas de sus consecuencias. A su vez, las empresas también pueden enfrentar daños a su reputación y responsabilidades legales en caso de que se produzcan lesiones o daños durante un incidente violento.

Por lo tanto, prevenir y manejar la violencia externa en el lugar de trabajo no solo es importante para el bienestar de los empleados, sino también para la salud y sostenibilidad de la empresa.

¿Cómo es posible evitar la violencia externa en el ámbito laboral?

Por nuestra experiencia sabemos que es necesario trabajar desde la prevención para evitar la violencia externa en el ámbito laboral. Para lograrlo, es importante que las empresas tomen medidas que garanticen la seguridad y la salud mental de sus empleados como, por ejemplo

-Implementar sistemas de seguridad adecuados, como cámaras de vigilancia, alarmas y controles de acceso.

-Proporcionar una formación adecuada a los empleados en técnicas de prevención y gestión de la violencia.

-Establecer políticas y procedimientos claros para abordar la violencia en el lugar de trabajo.
-Promover un ambiente de trabajo seguro y saludable, en el que los empleados se sientan respetados y valorados.

-Fomentar una cultura organizacional en la que se aborde abiertamente la violencia y se promueva la resolución pacífica de conflictos.

-Formar a sus empleados en el desarrollo de habilidades que permitan detectar síntomas de alerta, en uno mismo o en los demás y la adquisición de estrategias de intervención para su posterior recuperación temprana.

-Ofrecer apoyo psicológico y emocional a los empleados que hayan sido víctimas de violencia externa.

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