Ha llegado la hora de entrar en escena los trileros de la seguridad privada. Cerrado el acuerdo para re-negociar el convenio colectivo estatal de seguridad privada impuesto por la patronal, ahora les toca a los sindicatos firmantes sacar comunicados de los llenos de retóricas y justificando con los argumento más peregrinos que es un buen acuerdo y que no firmar hubiese sido peor aún.
Estos trileros te llenan folios y folios explicando lo inexplicable VER AQUÍ, las bondades de unos acuerdos que, a la postre, se resumen en dos líneas: los profesionales de la seguridad privada van a ver reducidas sus retribuciones y sus condiciones laborales. En contra, razonan que el próximo convenio 2012-2013 ofrece una serie de garantías para la aplicación a todas las empresas del sector. Es decir, que van a firmar un nuevo convenio "a la baja" para evitar que continúe la sangría de los descuelgues y los ERES que se han multiplicado como setas por todo el territorio nacional, esos mismos descuelgues y ERES que les han servido en bandeja ellos mismos a la patronal firmando todo lo que les han puesto por delante, de una forma servil y vergonzante.
La verdad es que estos trileros cada vez engañan a menos gente, porque lo que no se puede admitir es que ellos, verdaderos verdugos de la situación en la que nos encontramos, pretendan convertirse ahora en salvadores y garantes de la unidad estatal del convenio, cuando lo más fácil era no haberse prestado con tanta facilidad a los descuelgues y los ERES, y como mínimo haber peleado con más dignidad las garantías y los derechos de los trabajadores, hasta el final, por mucho que la reforma laboral haya complicado el panorama laboral. Cualquier cosa antes que firmar tantos acuerdos que han supuesto, uno tras otro, auténticas puñaladas que han ido desangrando a nuestro sector por los cuatro costados.
La verdad es que estos trileros cada vez engañan a menos gente, porque lo que no se puede admitir es que ellos, verdaderos verdugos de la situación en la que nos encontramos, pretendan convertirse ahora en salvadores y garantes de la unidad estatal del convenio, cuando lo más fácil era no haberse prestado con tanta facilidad a los descuelgues y los ERES, y como mínimo haber peleado con más dignidad las garantías y los derechos de los trabajadores, hasta el final, por mucho que la reforma laboral haya complicado el panorama laboral. Cualquier cosa antes que firmar tantos acuerdos que han supuesto, uno tras otro, auténticas puñaladas que han ido desangrando a nuestro sector por los cuatro costados.
Ahora, a punto de cometer un nuevo atropello laboral, otro más, llega el momento de llenar páginas y paginas de propaganda sindical, pero los trabajadores de nuestro gremio sabrán poner en su sitio y penalizar severamente a los sindicatos que, una vez más, sometidos al yugo de la patronal más insaciable, han vuelto a vender a todo un colectivo modificando unas condiciones laborales pactadas de antemano, situándolos al borde de un precipicio que tiene un claro nombre: PRECARIEDAD LABORAL. Y la pregunta que flota en el aire, y que todos el mundo se hace es:
¿A CAMBIO DE QUE?