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Las navajas en la calle en Cataluña son un problema. Los datos analizados por los Mossos d’Esquadra revelan que los incidentes en los que han intervenido por el uso o tenencia de armas blancas han crecido un 70% el último año. Los más graves, en los que se dan amenazas, un robo violento u otro delito, han aumentado un 44% (1.823) respecto a 2019. Las denuncias administrativas por poseer este tipo de armas ha crecido un 80% (6.267).
El consejero del Interior, Joan Ignasi Elena (ERC), ha admitido en rueda de prensa que aunque parte de la mayor detección se debe a un aumento de la “actividad policial”, no se puede negar “un incremento del uso”. Por ese motivo, han puesto en marcha un plan específico que además de la prevención, la detección y la investigación, intentará analizar de manera cualitativa a qué se debe el fenómeno. También prevén dotar con palas de detectores de metales, que ya existen en las comisarías, a las patrullas policiales.
Los delitos más habituales en los que alguien ha usado una navaja son amenazas (22%), lesiones (22%), maltrato en el hogar (13%) y robo con violencia (7%). Y casi siete de cada diez situaciones en los que se han esgrimido las armas blancas (66%) ha sido en Barcelona y en su área metropolitana. “En muchos de estos casos, es un instrumento meramente intimidatorio”, ha asegurado la portavoz de la policía catalana, la inspectora Montserrat Escudé.
Los Mossos carecen de un perfil de las personas que usan este tipo de armas. “Pero no vivimos en una cultura de la navaja”, ha defendido el consejero Elena, en respuesta a las palabras del responsable de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, que utilizó esa expresión y mostró su preocupación ante el aumento de los incidentes con navajas. Los datos reflejan que en los casos más graves, con una persona muerta, la tendencia sigue estable: en la mitad de ellos se usó un cuchillo. Del total de los delitos, los casos con navajas supone en el 0,3 %, y un 3,2% de los cometidos contra las personas.
En el marco del plan, bautizado como Daga, que se centra en la prevención, la detección y la investigación y en que los Mossos quieren implicar a policías locales, sector del ocio, entidades vecinales y deportivas y escuelas, se prevé, entre otras medidas, detectar los puntos más vulnerables de las zonas de ocio para mejorar la red de iluminación así como instalar cámaras de videovigilancia para garantizar rutas seguras. También se intensificarán los patrullajes de proximidad, las inspecciones en locales y los controles específicos en puntos como zonas de ocio, polígonos industriales, playas, parques, espectáculos multitudinarios y en los alrededores de los centros escolares. Además, se potenciará la sensibilización mediante charlas formativas en escuelas, a vigilantes de seguridad y en el sector del ocio nocturno.
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