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12 de febrero de 2023

Las vidas de lujo y excesos de los relacionados con el caso Mersant

Uno de los traficantes de droga relacionados con la trama llegaba a gastar 3.000 euros diarios en prostitutas. Otros de los colaboradores contaban con una colección de vehículos clásicos y burdeles a su nombre. La Policía vigiló una boda en la Macarena a la que asistieron muchos de los sospechosos.

Varias de las personas relacionadas con el caso Mersant, la trama de blanqueo de capitales que surgió tras la investigación a esta empresa de seguridad privada, llevaban una vida de lujo y excesos. Uno de los vinculados a esta organización criminal desmantelada por la Policía Nacional a finales del año pasado llegaba a gastar 3.000 euros al día en prostitutas. "Es un obseso de las mujeres, lo tiene que hacer 6 ó 7 veces diarias", asegura un testigo del caso, en una declaración que fue recogida por la Policía y que figura en el sumario.

Este hombre, que se dedicaba al tráfico de hachís, tenía un burdel en Las Cabezas de San Juan. A su mano derecha le montó un club de alterne gay en Sevilla. Además, tenía ocho casas en Morón de la Frontera, una en Alcalá de Guadaíra, varios pisos y un local en Los Palacios, una parcela en un polígono industrial y 200 hectáreas en Marruecos. Pagaba los servicios de prostitutas "indistintamente en efectivo o con la tarjeta de la empresa". El prostíbulo de Las Cabezas se puso a nombre de uno de sus colaboradores, conocido por ser contrabandista de tabaco. El hombre que asumió la titularidad del prostíbulo tenía una colección de motos antiguas, y participó en una competición mundial de carreras de motos, de las que es un apasionado. Su yerno "pasó de no tener nada a alquilar una nave grandísima y a tener una colección de 25 ó 30 vehículos Seat 600". En dicha nave había una exposición de coches de segunda mano.

La Policía constata que este otro sospechoso llevaba también una vida de muy alto nivel. "Su hija lleva un móvil de última generación. No paran, ahora se van al Rocío, donde tienen una casa alquilada, y ya tienen los billetes para irse a Cancún". Además de esta vida de lujos, la mayoría de los implicados en esta trama disponía de un buen número de propiedades y empresas a su nombre. Muchos de ellos hacían ostentación de esta forma de vida en sus redes sociales, que también fueron examinadas por la Policía. Viajes, eventos y fiestas son habituales entre los investigados. Una de estas celebraciones fue seguida de cerca por la Policía, que identificó a varios de los sospechosos gracias al seguimiento que hizo de la misma. Se trata de una boda de la hija de una de las personas vinculadas al tráfico de drogas, que tuvo lugar en la Basílica de la Macarena en 2018. La fecha es anterior a que surgiera el caso Mersant, pero varios de los vinculados a la red de blanqueo de capitales ya estaban siendo seguidos por la Policía por su relación con el tráfico de drogas.

"La experiencia profesional demuestra que los grupos criminales reúnen a la mayoría de sus miembros con ocasión de celebraciones personales de tipo familiar, debido a las relaciones interpersonales entre ellos", explica la Policía en su informe. Por ello, se estableció un dispositivo de vigilancia en torno a la basílica que sirvió para corroborar los vínculos entre los diferentes implicados.

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