Tres menores acogidos en el centro de protección de La Purísima Concepción han sido detenidos por robar y agredir a otro y atacar con piedras a los dos vigilantes que trataron de evitarlo, a los que también causaron heridas.
En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla ha informado de que estos hechos ocurrieron el 11 de febrero, dentro del centro de acogida, cuando tres jóvenes residentes agredieron a otro menor para apoderarse de sus pertenencias y sustraerle el dinero en metálico. Ante la llamada de socorro, dos vigilantes de seguridad del centro fueron al auxilio de la víctima, pero, en su intento de parar la pelea, uno de los agresores arremetió contra ellos arrojándoles varias piedras, lo que les provocó diferentes lesiones de consideración en diversas partes del cuerpo. Las víctimas necesitaron asistencia médica para comprobar el alcance de las lesiones que sufrieron.
Tres días después, el Área de Investigación de la Comandancia de la Guardia Civil ha podido detener a los tres presuntos autores de estos incidentes gracias a los datos facilitados por la víctima y los vigilantes de seguridad agredidos. Uno de ellos ha sido identificado como supuesto autor de las lesiones producidas el 10 de febrero, cuando asaltó y golpeó a otro menor residente para apoderarse de sus pertenencias. Los detenidos han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores, como presuntos autores de un delito de robo con violencia e intimidación con resultado de lesiones. Hay que recordar que el Sindicato Independiente de Melilla (SIM) ya denunció públicamente lo ocurrido el pasado domingo y recordó que lleva más de un año pidiendo que se retiren las piedras del patio principal del centro, después de que en la Nochevieja de 2021 se produjera una revuelta grave en la que resultaron heridos varios vigilantes.
Estas piedras, además de adornar los jardines, “sirven como proyectiles en situaciones incontroladas”, advirtió la organización sindical, que también denunció la falta de medios en el centro, en el que los vigilantes no cuentan con radiotransmisores para comunicarse entre ellos y dependen de sus propios teléfonos móviles en una zona donde hay muy poca cobertura. “No entendemos cómo la Dirección General de Seguridad Ciudadana, como garante del contrato, permite estas condiciones que, además de incumplir el contrato, pone en peligro la integridad física de los vigilantes de seguridad”, afirmaron desde el SIM, que solicita que se dote a los vigilantes de material antidisturbios, “porque es la única forma de poder hacer frente a una situación de este tipo”, ya que, hasta ahora, su única opción es la de refugiarse en las instalaciones “y llamar a la Guardia Civil si tiene la suerte de tener cobertura en sus teléfonos móviles”.
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