Los detenidos están vinculados con grupos de extrema izquierda y habrían fabricado y colocado los explosivos para tratar de sabotear el proyecto de Adif
La Policía Nacional ha detenido en Murcia a seis personas vinculadas con grupos de extrema izquierda por atentar contra las obras para la llegada del AVE a la ciudad. Se les imputan los delitos de tenencia de explosivos y estragos terroristas por fabricar pequeños artefactos que habrían utilizado para sabotear la maquinaria empleada en la construcción de la nueva plataforma, según han confirmado a El Confidencial fuentes cercanas al caso. Algunos de estos ataques se produjeron cerca de vigilantes de seguridad contratados por Adif.
Las detenciones han sido efectuadas por las Brigadas de Información de Murcia y Molina de Segura bajo la coordinación de la Comisaría General de Información y son el resultado de casi un año de investigaciones en las que también han participado los Tedax y Policía Científica. El dispositivo ha sido dirigido por el Juzgado de Instrucción número 2 de Molina de Segura, que abrió diligencias tras el primer ataque. Las acciones protagonizadas por este grupo se enmarcarían en la campaña de protestas vecinales que eclosionó en Murcia hace un año en contra los planes del Gobierno de Mariano Rajoy para que el AVE llegara a la capital de la Región en superficie. Diversos colectivos se movilizaron espontáneamente para conseguir que las vías discurrieran completamente soterradas durante su paso por el casco urbano. Las manifestaciones crecieron tanto que Interior tuvo que enviar efectivos para intentar contenerlas.
En paralelo a esas movilizaciones, el pasado diciembre se produjo un primer ataque con pequeños explosivos del que rápidamente se desmarcaron los colectivos de la sociedad civil implicados en la protesta. Con todo, los atentados se intensificaron en los días siguientes, llegando a provocar un incendio en el material de construcción. La Policía Nacional detuvo en enero a los presuntos cabecillas de esa oleada de ataques, un hombre de 55 años y un menor de 14, e imputó a un tercer implicado, otro menor de 17 años. Sin embargo, en febrero se produjo un ataque. Varios desconocidos lanzaron cuatro artefactos cerca de donde se encontraba el personal de seguridad de Adif que custodiaba las obras. Según informó entonces la Delegación del Gobierno, las bombas consistían en cartuchos de unos siete centímetros de largo que llevaban tornillos adheridos para que actuaran como metralla. Ninguno de los atentados provocó heridos pero abrieron un agujero en las cuentas públicas. El Ministerio de Fomento aseguró el pasado abril que los actos de sabotaje habrían provocado un coste adicional de 1,15 millones de euros.
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