La alarma de una sucursal bancaria generó un operativo que se saldó sin detenidos ni indicios de robo
Más de seis horas de tensión. Todos los accesos a la calle Eskola de Andoaincortados. Un despliegue policial imponente que fue incrementándose conforme pasaban las horas. Decenas de vecinos apostados detrás de un cordón policial que se amplió hasta en dos ocasiones. Entradas y salidas de los agentes en los portales y alguna tienda contigua a la sucursal bancaria donde saltó la alarma. Mucha expectación. Y al final entrada de un grupo de intervención de la Ertzaintza en la sucursal durante 45 minutos y, según informaron al final, ningún resultado. Falsa alarma.
Andoain se sumió ayer durante horas en un escenario de «película» -como lo definió algún vecino- después de que saltara la alarma de una entidad de Kutxabank y la Ertzaintza movilizara a una treintena de efectivos, incluidos agentes de las unidades de intervención, ante la sospecha de que algún presunto atracador pudiera encontrarse escondido en el interior de la oficina o en las inmediaciones, incluidos alguno de los pisos o viviendas situados encima.
Las alarmas, nunca mejor dicho, saltaron sobre las 12.30 del mediodía cuando el sistema de detección volumétrico, compuesto por un sensor de movimiento, se activó en el interior de la sucursal de Kutxabank de Eskola Kalea, cerca del centro cultural Bastero. La Guardia Municipal deAndoain pasó el aviso a la Ertzaintza y pocos minutos después llegaban a la zona, donde permaneció desde el primer momento un empleado de Prosegur, las primeras dotaciones de la Polícía autonómica.
Los agentes desplazados acordonaron el perímetro e iniciaron la inspección. En un primer momento, desplazaron a la gente que se acercaba a conocer lo que pasaba a una distancia de diez metros, que fueron veinte a medida que iban llegando más efectivos, y terminaron siendo cincuenta a las 17.00 horas, cuatro horas y media después de que saltara la alarma. En ese momento, los ertzainas movilizados pidieron a los vecinos que se alejaran más porque se trataba de algo «serio», según relataron algunos testigos. Fueron los mayores momentos de tensión y también los de mayor expectación por lo que parecía un inminente desenlace del caso.
La pista de otros robos El despliegue policial que motivó la alarma también transmitió a los presentes la sensación de que algo grave estaba ocurriendo. Hasta las inmediaciones de la sucursal se acercaron unos 30 efectivos de la Policía vasca, con tres furgonetas, dos coches y vehículos camuflados. Según ha podido saber este periódico, el dispositivo llegó a contar con tres recursos del PRI, brigada móvil encargada de entradas que encierran peligro, y fue necesaria la llegada del jefe de intervención para que sobre las 18.00 horas se acometiera la última y definitiva inspección en el interior del local de Kutxabank.
Durante las primeras horas de la tarde distintos agentes hicieron entrada y salida de la sucursal, de la parte trasera donde hay algún bajo, del portalnúmero 2 de Eskola Kalea de Andoain -donde los vecinos no podían ni entrar ni salir-, e inspeccionaron una tienda de ropa contigua, que tenía la persiana bajada al ser festivo. Tras revisar con detalle toda la zona durante cinco horas, a media tarde un grupo de unos 15 agentes entró en la sucursal y tras 45 minutos volvió a salir. Según confirmó el Departamento de Seguridad, el operativo, en el que buscaban a algún posible atracador, se saldó sin detenciones y sin pruebas físicas a priori de que se hubiera producido un intento de robo en la entidad bancaria. La investigación, no obstante, sobre el motivo de la activación de la alarma sigue abierta, según indicó la Ertzaintza después de levantar el cordón de seguridad pasadas las 19.00 horas
El gran operativo policial se desplegó ante la sospecha de que una o varias personas permanecían en el interior del edificio. Y es que, según fuentes consultadas, la Policía autonómica se encuentra especialmente involucrada en la investigación y persecución de alguna banda de delincuentes o de algún atracador que habría intentado perpetrar algún otro robo en las últimas semanas en otras sucursales de San Sebastián o Usurbil. Los agentes de la zona, por tanto, son especialmente «sensibles» a cualquier alerta que salte en este sentido. Aunque la de ayer resultara falsa.
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