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13 de enero de 2020

BARCELONA: Los vigilantes de metro, "desamparados" por TMB ante la ola de agresiones

Los sindicatos piden usar spray para protegerse y trabajar siempre en pareja

Las agresiones físicas a los vigilantes de seguridad en el metro de Barcelona han puesto en alerta a los principales sindicatos. Solo desde octubre a diciembre de 2019, se han producido, al menos, una treintena de ataques, ocho de los cuáles han conllevado ingreso hospitalario para la víctima y una baja laboral. Los trabajadores se sienten "desamparados" e "indefensos" y piden medidas concretas a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) para frenar las agresiones.

El pasado jueves, un trabajador del metro fue atacado en la estación de Paral·lel. cuatro personas le dieron una paliza después que el vigilante le recriminara a una de ellas que se colara sin pagar. El hombre recibió un puñetazo que le hizo caer al suelo, se golpeó con las escaleras mecánicas y recibió una lluvia de golpes y patadas hasta que llegó la policía. Fue la última víctima de esta ola de agresiones que padece el colectivo de forma constante. 

USO DEL SPRAY  "Nos utilitzan de saco de boxeo", reprocha a TMB Sergio Sánchez, asesor de ADN Sindical, el principal sindicato de seguridad privada de Cataluña. Esta organización ha pedido a la conselleria de Interior de la Generalitat que autorice a TMB, empresa que gestiona el transporte público en la ciudad, para que los vigilantes puedan usar sprays sabre, una herramienta para defenderse de posibles ataques. "Las agresiones son tan duras que necesitamos tomar medidas", explica Sánchez. Este gas, utilizado este 2019 en los disturbios en Francia con los chalecos amarillos, mantiene alejado al agresor, apunta el portavoz, y no afecta a terceras personas. Sánchez denuncia que TMB se niega a escuchar sus peticiones y que los sindicatos no pueden participar en el Consell de Coordinació de Seguretat Privada, un órgano que reúne a los principales actores del sector como las fuerzas de seguridad. Al cierre de esta edición, este medio no ha podido hablar con TMB.

COLAU, CONTRA LA SEGURIDAD PRIVADA Para el portavoz de ADN Sindical, la política de Ada Colau consiste en "ir contra la seguridad privada" y señala que en casos de peligro para los vigilantes las directrices son "esconderse" para evitar problema mayores.

El Sindicato Profesional de la Seguridad (SPS) también ve con buenos ojos la posibilidad de incorporar ese spray al actual equipo de los vigilantes (una porra de 50 centímetros y grilletes). Prosegur, una de las dos empresas de seguridad que operan en el metro, facilita sprays a los trabajadores que vigilan en las tiendas de Inditex. En el suburbano, sin embargo, el competente para autorizarlo es TMB y aun no se ha pronunciado. A pesar de ello, algunos vigilantes no han visto otra alternativa que usar spray como medida de protección.

LAS AGRESIONES SUBEN UN 33% Según SPS, en 2019 las agresiones han crecido un 33% en el metro de Barcelona. Los ataques también han crecido en Renfe, el Tram y en los Ferrocarrils de la Generalitat, pero es en el suburbano donde se registra una mayor incidencia.  Daniel Ocaña, portavoz de SPS en Barcelona, no entiende el motivo del organismo para negarse a hablar con los trabajadores. En sus 11 años de servicio, nunca había visto la actual agresividad de carteristas y personas que quieren viajar sin pagar. Para Ocaña, la principal solución es trabajar en pareja. "No es lo mismo que te vean solo que en pareja. El spray podría ayudar, pero prefiero disuadir antes que llegar al problema", asegura.

TRABAJO EN PAREJA Según Ocaña, los vigilantes solo pueden usar la fuerza en intervenciones donde estén acompados por otros vigilantes. TMB ordena hacerlo aunque se encuentren en solitario, una práctica que Inspección de Trabajo ya ha rechazado."Te sientes desamparado. TMB debería apoyarnos más en ese sentido", lamenta.  La mayoría de agresiones se producen por no querer pagar el billete. Sánchez explica que el perfil del agresor es un hombre, joven y extranjero. Plaza Catalunya, Paral·lel, Vila Olímpica, Urquinaona y Universitat son algunas de las estaciones más conflictivas.

Oscar Martinez, vigilante con 12 años de experiencia en el metro, cree que las agresiones han subido "un poco" pero que siempre han sido una "constante". "Ahora los ataques se publican más en los medios", observa.  Desde ADN Sindical, Sánchez no cree que se deba ampliar la actual plantilla de 500 vigilantes. "Es más importante la calidad que la cantidad. Hay que mejorar las operativas, agrupando mejor a los trabajadores para deshacer los focos de conflicto", sentencia.

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