Trabajadores del suburbano cuentan como le salvaron la vida a un usuario que sufrió un infarto cuando viajaba en este medio de transporte público.
Juan viajaba junto a su mujer en el metro de Málaga. Acababan de salir del Hospital Clínico, de una revisión rutinaria de la conocida como máquina del sueño, cuando, de repente, se desmayó.
Sufrió un fuerte infarto al corazón, que podría haber acabado con su vida si no llega a ser por cuatro trabajadores del suburbano, que le salvaron en una rápida actuación que les hace sumarse a esa larga lista de héroes anónimos cuya historia es digna de recordar. Todo ocurrió el pasado lunes. Fue un trabajo en equipo, en el que el personal de Metro de Málaga actuó sin dudar para salvar a Juan. Uno de los cuatro empleados que intervinieron es Miguel Ángel García, operador del línea, al que la casualidad situó en el mismo tren que el viajero. Él no debería haber estado ahí, ya que su jornada empezaba en otra parada, pero esa mañana decidió cambiar su ruta y acabaron coincidiendo: «Perdí el anterior y me subí a ese. Me senté junto a mi compañero Hermas, que iba a los mandos, y solo unos minutos después escuché los gritos de la mujer pidiendo ayuda».
Era Ana Mateo, la esposa de Juan. «Cuando llegué se estaba chorreando por el asiento, inconsciente». Miguel Ángel escuchó su respiración, «eran como ronquidos parecidos a los que había oído en una ocasión de una persona a punto de morir», por lo que supo que Juan no estaba bien. «Se había puesto morado y no tenía pulso. Avisé a Hermas para que alertara al puesto de control y yo me puse a hacerle la reanimación cardiopulmonar (RCP)», explica el empleado.
Una vez en la estación de Ciudad de la Justicia, el operador de línea recibió ayuda. El puesto de control había alertado al personal, por lo que su compañero Roberto Fernández y el vigilante de seguridad de Prosegur José Campos se unieron. Junto con Hermas, entre los cuatro, sacaron a Juan del tren. «Estaba en un sitio muy estrecho y no podíamos trabajar bien con él», indica Roberto. Los cuatro, al igual que todo el personal del metro, habían recibido formación de RCP. Coinciden en que nunca se habían enfrentado a un caso real: «Lo habíamos practicado antes, pero con un muñeco y esto no es lo mismo».
Sin embargo, una vez que se encontraron ante la situación no dudaron en actuar. Mientras unos le hacían las maniobras de RCP, en las que recibieron la ayuda de un viajero, otros preparaban el desfibrilador. José había ido a por él, sabía que hacía falta usarlo. Se lo colocaron y tuvieron que darle hasta tres descargas antes de que Juan reaccionara. Entonces consiguieron relajarse. Los servicios de emergencias estaban en camino, mientras ellos sonreían aliviados: Juan había dado signos de vida, se había movido.
Gracias a su actuación, mantuvieron a Juan con un hilo de vida hasta la llegada de la ambulancia. La actuación de los trabajadores del metro fue clave para salvarle la vida al hombre, según han confirmado fuentes sanitarias. El viajero fue trasladado hasta el Hospital Clínico, donde ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos coronaria, que ya ha abandonado y está estable en planta. –Precisamente, en el hospital ofrecen este sábado un curso gratuito para todo el que se quiera acercar sobre como hacer la RCP.–
Desde Metro de Málaga, que cuenta con defibriladores en todas las estaciones subterráneas, destacan el buen hacer de sus trabajadores y recuerdan la importancia de formar a los empleados para que sepan hacer maniobras de RCP: «Se ha salvado una vida y, con ello, ya vale la pena toda la inversión». Los compañeros de estos empleados también les felicitan por su actuación. El presidente del Comité de Empresa de CCOO en Metro Málaga, Juan Vicente Pomares, insiste en el orgullo que es pertenecer a la misma plantilla. «Esta vida salvada es la mejor prueba del éxito de Málaga Ciudad Cardioprotegida, que está convirtiendo a esta ciudad en un referente en España y Europa y con ello se salvarán muchas más vidas», afirma Nuño Azcona, CEO de B+SAFE, compañía que instaló los desfibriladores. Por su parte, Juan no se acuerda de nada. Su mujer ha sido la que le ha recordado todo lo ocurrido. Ya está fuera de la UCI y, junto a Ana, solo piensa en mostrar su agradecimiento a sus ángeles de la guarda por lo que han hecho por él.
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