Numerosos restaurantes y cafeterías han sufrido robos, tres de los cuales se han producido esta pasada madrugada
«Hemos hablado entre nosotros y hemos sopesando la posibilidad de contratar un guarda de seguridad para tratar de evitar más robos», dice Silvia Pérez, propietaria de dos negocios de hostelería ubicados en pleno centro de la capital granadina que han sido desvalijados en apenas una semana. La segunda 'visita' de los cacos se ha producido esta pasada madrugada y Silvia no ha sido la única perjudicada: le consta que los establecimientos de otros dos compañeros de gremio también han sido asaltados con una diferencia de pocos minutos. «Y he escuchado que ha habido otros dos más en la zona de San Matías, pero aún no lo tengo confirmado», indica Silvia, que señala que la cadena de robos comenzó con la Navidad y ha afectado ya a más de una docena de restaurantes y cafeterías situados en pleno corazón turístico de Granada, caso de las inmediaciones de la plaza de Bib-Rambla y del propio edificio del Ayuntamiento de la ciudad.
El modo de actuar de los delincuentes es idéntico, lo que hace sospechar a los damnificados que los autores forman parte de una misma banda que está especializada en este tipo de delitos. Actúan a primeras horas de la madrugada y se mueven con rapidez. Rompen los cristales y entran en el local seleccionado para llevarse solo dinero. «No los interesa nada más: ni botellas ni jamones ni nada… En nuestro caso, llegaron a descolgar la televisión porque les molestaba, pero no se la llevaron», recuerda Silvia. Lo normal es que completen los golpes en unos pocos minutos, aunque al menos en una ocasión se retrasaron porque tuvieron que practicar un boquete para llegar hasta el lugar en el que estaba el botín.
Los hosteleros del centro de la capital son «conscientes de las limitaciones que padecen las fuerzas de seguridad y no criticamos su labor», pero afirman que la sensación de desasosiego entre ellos ha llegada a tal punto que están sopesando la posibilidad de contratar guardas de seguridad «para que estén dando vueltas durante la noche» y disuadir a los ladrones. Porque las cámaras de vigilancia no les asustan. Han sido grabados, pero han continuado dando 'palos'. «Es lamentable que un Estado de derecho tengamos que plantearnos la posibilidad de recurrir a seguridad privada para que no asalten nuestros negocios, pero es que esto no para», concluye Silvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario