Jaime Espejel era vigilante de seguridad y falleció en 2019 al caerle encima una puerta corredera de varias toneladas
La Policía Nacional le homenajea con una mención honorífica a título póstumo en un acto para reconocer el trabajo del sector de la seguridad privada «Es una forma de reconocer el trabajo de mi hermano, que murió de una manera trágica»
Jaime Espejel perdió la vida a los 43 años. Llevaba mucho tiempo trabajando en su empresa de seguridad, iba y venía de Toledo a Madrid, hasta que su jefe le ofreció algo mejor: una plaza en la capital de Castilla-La Mancha para evitarle tantos desplazamientos. Jaime aceptó. Pero un par de meses después, ocurrió la funesta desgracia. Una pesadísima puerta corredera, de varias toneladas, se le cayó encima y lo mató. Sucedió en el polígono industrial de Toledo, en la empresa Logisfashion, un gran centro de distribución.
La estructura metálica, de 25 metros de largo por 2,5 metros de ancho, «no cerraba bien por una serie de deficiencias; mi hermano fue a terminar de cerrarla y la puerta se volcó. Tenían que haber puesto además unos carteles avisando de que estaban instalándola», cuenta a 'ABC' Francisco Javier, el hermano mayor de cuatro. El día 8 se cumplirán tres años de esta calamidad, que está pendiente de juicio. Jaime, padre de un niño de corta edad, era vigilante de seguridad y este viernes fue uno de los homenajeados, en su caso a título póstumo, por la Policía Nacional en la comisaría de Toledo. «Es una forma de reconocer el trabajo de mi hermano, que murió de una manera trágica», agradece Francisco Javier, que recogió la mención honorífica junto con su hermano Luis.
Además de la mención de Jaime, se entregaron otras 27. Unas eran de las denominadas 'tipo A', otorgadas a responsables de empresas y servicios de seguridad de centros públicos, establecimientos y entidades bancarias, así como a vigilantes que protagonizaron actuaciones destacadas en Toledo y en Talavera de la Reina. Otras, 'tipo B', a compañeros que brillaron por «su buen servicio continuado» y su «excelente actitud de colaboración con la Policía Nacional». Se reconoció, por ejemplo, la participación de un vigilante en la detención de cuatro delincuentes croatas por hurtos en Talavera. También se exaltó la labor de una compañera en la resolución de investigaciones al aportar unas imágenes que fueron definitivas. Igualmente, se premió a un vigilante que reanimó a un niño que tenía obstruidas las vías respiratorias.
Pero hubo más distinciones. Fue el caso de dos vigilantes, uno en Talavera y otro en Toledo, por las intervenciones en las que resultaron lesionados. Además, se agradeció la colaboración de cinco profesionales del sector en partidos de fútbol y a dos más por su participación en el arresto de tres personas por hurtos en el centro comercial Luz de Tajo de Toledo.
El comisario provincial, Carlos Julio San Román, alabó la «excelente labor» de los 1.303 vigilantes de seguridad privada en la provincia, «especialmente los homenajeados». A ellos les agradeció su responsabilidad, decisión y espíritu colaborador. Les deseó además que «esta recompensa simbólica les sirva como acicate para mejorar y desarrollar su trabajo con la dedicación y profesionalidad que han demostrado». En el caso de Jaime Espejel, fue una manera de reconocer también su labor, sesgada a los 43 años por una puerta corredera de varias toneladas.
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