Jorge, Francisco y Fran han recogido uno de los Premios de Seguridad Privada por atender a un varón que sufrió un infarto. No dudaron en bajar del furgón blindado que protegían para salvarle la vida
Fue hace un año, en un trabajo rutinario. Jorge, Francisco y Fran salvaron la vida a un varón de 80 años en Zamora cuando estaban parados en un semáforo con el furgón blindado de transporte de dinero que protegen. Un acto heroico que les mereció uno de los Premios de la Seguridad Privada entregados esta semana en Salamanca.
Era una jornada anodina hasta que el conductor vio que a un hombre le costaba subir el escalón de la acera. “Nos pidió que bajáramos a echarle una mano y cuando llegamos estaba apoyado en el semáforo muy rígido”, recuerda Jorge. “¿Está bien? ¿Le ayudamos?”, le preguntaron. Pero empezó a convulsionar y dio una respiración profunda. Síntomas que Jorge, que acababa de refrescar sus conocimientos con el tercer curso de Reanimación Cardio Pulmonar (CRP), reconoció al instante como un infarto. “Fue en plena pandemia y llevaba un mes sin tomar la medicación. Al ver que tenía los labios morados, le tomé el puso y no había latido”, recuerda Jorge. “Le apliqué el masaje 40 o 50 veces y empezó a coger color en la cara y en los labios. Pensé: mal no lo estaré haciendo”.
El varón ya había recuperado el pulso, cuando llegó un enfermero fuera de servicio. “El hombre no reaccionaba, pero tenía pulso cuando a los 10 minutos llegó la ambulancia”. Supieron que el señor se llamaba Enrique por las dependientas de la frutería y el súper de los que venía de comprar. “Las vimos después y nos dijeron que le habíamos salvado la vida”, relata orgulloso Jorge.
Fueron uno de los galardonados en la celebración del Día de la Seguridad Privada, acto en el que se premiaron las actuaciones notables de vigilantes y detectives privados durante estos dos años de pandemia, en los que no ha habido entrega de premios. Se trata de galardones concedidos tanto por la Guardia Civil como por la Policía Nacional para agradecer a los profesionales el apoyo continuo y la colaboración estrecha con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. “Aprendemos de vuestras enseñanzas y a veces somos vuestros ojos”, defendió Silvia Pérez, jefa de la empresa Prosegur en Salamanca y encargada de abrir con su discurso el encuentro.
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