El recuento ferial de IFEMA se ha convertido en un auténtico búnker. Calles vacías, sitios de aparcamiento inhabilitados y patrullas de la Policía Nacional cada pocos metros. Es prácticamente imposible acercarse a las instalaciones. Allí se inicia en unas horas la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, que va a congregar a mandatarios de casi una cincuentena de países. En breve se convertirá directamente en una zona vetada para el ciudadano.
Esta cumbre es mayor evento internacional que ha acogido España en décadas y para garantizar la seguridad se ha puesto en marcha el mayor dispositivo policial de la democracia. Todo ello será dirigido desde el CECOR o Centro de Coordinación, que el Ministerio del Interior ha instalado en el pabellón número 1 de IFEMA. Por si algo fallara, contará con un centro espejo o gemelo ubicado en el Complejo Policial de Canillas. La instalación es una macrosala que ronda los 800 metros cuadrados y que tiene una cincuentena de puestos con ordenadores portátiles. Cada unos de esos puestos estará ocupado las 24 horas del día (el personal trabajará en turnos) hasta el próximo jueves por la noche, cuando la última delegación internacional abandone nuestro país. La sala se completa con enormes pantallas gigantes en las que se ven en tiempo real las miles de cámaras que cubren Madrid. Unas fijas, otras móviles.
Allí hay representantes del Ministerio del Interior, del Gabinete de Coordinación de la Secretaría de Estado de Seguridad, del departamento de Seguridad del Ministerio de la Presidencia, del departamento de Seguridad de la Casa Real, del CNI, de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, de las Fuerzas Armadas, del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) y del Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC). También hay presencia de la Comunidad de Madrid, del ayuntamiento de la capital, de los servicios de emergencias sanitarios 112 Summa y Samur, y representantes de los bomberos de la región. Todos codo con codo para tratar de conocer al minuto cualquier tipo de problema que pueda surgir durante los dos días y medio que dura la cumbre de la OTAN y todos juntos para poder resolver de la manera más eficaz posible esa posible incidencia.
Desde aquí se moverán como fichas en un tablero los 10.000 efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que han movilizado el Ministerio del Interior. Exactamente, unos 6.550 agentes de la Policía Nacional y 2.400 de la Guardia Civil. De ellos, casi 2.500 pertenecen a las Unidades de Intervención Policial (UIP), los conocidos popularmente como antidisturbios, muchos de ellos desplazados a la capital desde otros provincias. También se hay efectivos de las unidades de ambos cuerpos de Seguridad Ciudadana, Subsuelo, TEDAX (desactivación de explosivos), Información, Caballería y Unidades Caninas. Todos ellos estarán apoyados por 1.200 agentes de la Policía Municipal de Madrid, así como por agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y por los equipos de seguridad tanto de la Casa Real y la seguridad de la Presidencia del Gobierno. A ello se unirán los equipos que traiga cada delegación. También hay movilizados 1.200 bomberos y centenares de sanitarios.
En esta sala, a través de los representantes de las Fuerzas Armadas, estarán también al tanto de qué pasa en el espacio aéreo español, que tendrá en alerta al menos una decenas de cazas de combate en cinco puntos diferentes del territorio nacional y que estarán complemento por dos aviones AWACS de alerta temprana que son propiedad de la OTAN y que dan cobertura aérea a los grandes eventos que organiza esta alianza política y militar. Además, la seguridad militar de la cumbre se completará con varios helicópteros con tirados de élite en alerta permanente que estarán en las cercanías de puntos clave evento, así como sistemas militares especializados en la detección de drones y en su intercepción –también habrá equipos de este tipo de Policía Nacional y Guardia Civil-, y sistemas de artillería antiaérea por si fuera necesaria su utilización.
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