Sevilla se desborda de turistas: el parque de María Luisa convertido en un camping
La falta de vigilancia en el recinto deja imágenes como las de un grupo de personas pernoctando con tiendas de campaña
Después de las imágenes de los aficionados del Glasgow Rangers y del Eintracht de Frankfurt tirándose al canal de la Plaza de España y bañándose en las fuentes del Prado de San Sebastián, ahora se ha hecho viral en Twitter otra estampa indecorosa protagonizada por turistas. Se trata de una pareja de visitantes de la ciudad durmiendo al raso en el césped del parque de María Luisa, abrigados contra el rocío de la noche con una manta y junto a una tienda de campaña. El pulmón verde de la ciudad es un Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España que no tiene las mejores condiciones de vigilancia y ornato. Por eso, ningún miembro de la seguridad que supuestamente ha reforzado el Ayuntamiento con el nuevo contrato por más de 1,6 millones de euros vio a aquellas personas acampando tal y como captó el tuitero @EstEsquivias.
Esta fotografía vuelve a abrir el debate no sólo sobre la falta de cuidado en el Parque sino también sobre el tipo de turistas que recibe la ciudad, sobre todo ahora en temporada alta. Por un lado, tanto el parque de María Luisa como las plazas de España y la de América son objeto constantemente de actos vandálicos que han llegado a destrozar en los últimos tiempos los anaqueles de la glorieta de Gustavo Adolfo Bécquer. Por otro, la capacidad de acogida de visitantes que tiene la capital hispalense es limitada. Según la asociación de hoteleros de Sevilla, la ciudad tiene capacidad para albergar a 40.000 personas de fuera. Aunque la cifra va a más por la apertura de hoteles, algunos de ellos de lujo, en estas semanas la presencia de turistas se ha desbordado casi al nivel prepandémico, cuando se batieron récords.
Sin embargo, pese a que el Ayuntamiento ha intentado atraer un turismo de gran poder adquisitivo para evitar el de borrachera, que era el que concurría de forma mayoritaria hasta hace alrededor de una década, no ha sido capaz de erradicarlo. Eso mismo se confirma con imágenes como la del 'camping' montado en el Parque o con la cantidad de despedidas de solteros que inundan cada fin de semana las calles del casco histórico.
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