La legislación española es restrictiva para evitar problemas de seguridad relacionados con estos instrumentos
El debate acerca de las armas, desgraciadamente, suele darse cuando ocurre una tragedia. El último tiroteo masivo en Estados Unidos, además, ha vuelto a levantar ampollas tanto en la sociedad estadounidense cómo en el resto del mundo que ve con estupor lo ocurrido.
Así, pese que en España la discusión no suele ser el centro de atención algunos tratan de revivir la necesidad de poder tener armas de forma particular, algo muy reservado en nuestro país. Pistolas u otro tipo de artefacto no se encuentra totalmente prohibido en España aunque su regulación se encuentra limitada para evitar problemas de seguridad pública. Dejando a un lado los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado existen cinco tipos de licencias para tener un arma de forma particular. Además, se debe tener en cuenta las características del artefacto y los usos que vayamos a realizar con ella.
¿Quién puede tener un arma? Así las cosas, las tipologías reguladas son: armas cortas cómo pistolas o revolver, personal de seguridad privada, armas largas recortadas o rifles de caza mayor, armas deportivas de tiro o escopetas de caza menor y armas cuya utilización se realice en campos, polígonos o galerías de tiro.
Pese a que estas son las licencias y tipologías de arma existen una serie de requisitos para evitar que su compra sea masiva. La nacionalidad española, así, resulta la primera de las condiciones aunque los extranjeros con residencia legal en España también pueden acceder.
Además, la mayoría de edad junto a la superación de una serie de pruebas resultan claves para obtener una de las licencias. Así, el examen consistirá en una serie de preguntas adecuadas a cada tipo de permiso que deberá ser renovado cada cierto tiempo, normalmente cinco años, cuyas pruebas suelen tener que realizarse de nuevo. Pero no todo acaba en la realización de un examen para tener un arma en España. Distintos certificados, además, suponen otro de los pasos a realizar con el fin de obtener una licencia que permita realizar alguna actividad relacionada con un arma.
Esto son un tipo de aptitudes reconocidas por la legalidad española que se centran en una serie de certificados. Así, documentos médicos y psicotécnicos junto a pruebas practicas en algunas licencias complementan los requisitos mencionados anteriormente. Incluso, se debe presentar un certificado expedido por un organismo estatal que acredite no tener antecedentes por violencia de género o penal. Expedidas por la Guardia Civil estas licencias en la actualidad acreditan de forma muy limitada a los interesados en algún tipo. La B, por ejemplo, que permite llevar armas cortas de fuego solamente se encuentra justificada en ciertos casos entre los que no se encuentra la defensa personal.
Las obligaciones de los propietarios Los últimos datos disponibles en España exponían que en todo el país había alrededor de ocho mil personas con la licencia mencionada anteriormente. Por este motivo, existen una serie de obligaciones contundentes que tratan de evitar problemas a todos aquellos que cuenten con un permiso de este tipo.
Tanto las personas físicas como jurídicas que posean armas de fuego en España con las distintas licencias se encuentran obligados a guardarlas en un lugar seguro. Además, deben adoptar todas las medidas necesarias para evitar su pérdida, robo o sustracción, que serán valoradas por la Intervención de Armas de la Guardia Civil. Incluso, se encuentran obligadas a presentar los instrumentos a las autoridades gubernativas o sus agentes si son requeridos.
Por último, deben declarar de forma inmediata en la Intervención de Armas correspondiente cualquier tipo de pérdida, robo, destrucción o sustracción de estas o de la documentación. Así, las armas deberán ser depositadas hasta tener los documentos de nuevo.
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