La pandemia ha provocado un aumento de la tensión entre los ciudadanos que se ha traducido en un mayor número de agresiones a vigilantes de seguridad. Los vigilantes de seguridad cansados de esta situación reclaman ser agentes de la autoridad.
¿Qué es un agente de la autoridad? Un agente de la autoridad es una figura jurídica que se da en España que refiere a cualquier tipo de funcionario público que dentro de sus funciones tiene la ejecución de decisiones y mandatos de autoridad. El agente de la autoridad más conocido es el que trabaja en las fuerzas de seguridad estatales. Sin embargo, también lo son otros funcionarios como los de justicia, notarios o registradores.
¿Qué ventajas tiene el ser agente de la autoridad? Puede recibir auxilio de autoridades tanto judiciales como gubernamentales en caso de que sufra algún tipo de impedimento en el desarrollo de su trabajo. Si durante su trabajo el agente de la autoridad realiza algún tipo de denuncia, esta tendrá presunción de veracidad que solo será revocada si existe alguna prueba que demuestre lo contrario. El último punto, que se ha convertido en el día a día de los vigilantes de seguridad es que en caso de recibir agresiones físicas, verbales o amenazas, tendrá una mayor protección legal. Los vigilantes de seguridad reclaman que actualmente agredir a un vigilante de seguridad “sale demasiado barato”, con multas que muchas veces resultan irrisorias.
¿Es, en algún caso, considerado agente de autoridad? Si nos fijamos en la Ley de Seguridad Privada, el artículo 31 dice lo siguiente: “Se considerarán agresiones y desobediencias a agentes de la autoridad las que se cometan contra el personal de seguridad privada, debidamente identificado, cuando desarrolle actividades de seguridad privada en cooperación y bajo el mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”.
Podemos entender este artículo como que el vigilante de seguridad será considerado como agente de autoridad únicamente cuando esté a las órdenes bajo el mando de los cuerpos policiales. En este caso, si se cometiesen infracciones, agresiones o desobediencia por parte de individuos al vigilante de seguridad dentro de su labor, los individuos serán castigados igual que si se hubieran cometido contra un agente policial, que es un agente de la autoridad. Sin embargo, la mayoría de los vigilantes no trabajan bajo el mando de los cuerpos policiales y, por ello, las consecuencias de las agresiones o la desobediencia son mucho menores.
En caso de que fuesen considerados agentes de autoridad, ¿qué podría cambiar? Tenemos que recalcar que los vigilantes de seguridad ya fueron considerados agentes de autoridad. Pero todo cambió a raíz de la Ley de la Seguridad Privada en 1992, que hizo que perdieran este reconocimiento. Si volviesen a ser considerados agente de autoridad se abriría la posibilidad de tener un mayor grado de protección, así como conseguir disminuir la precariedad laboral que afecta desde hace años al sector. Por ejemplo, las agresiones que están sufriendo continuamente ya no se considerarían “faltas” con condenas leves por agresión, sino que podrían llegar a ser condenados a entre 1 y 4 años de prisión. Además, su situación laboral cambiaría porque se encontraría bajo un marco jurídico más favorable. Al estar más reforzado, podría ayudar a que los agentes de seguridad estuviesen más seguros a la hora de llevar a cabo su trabajo.
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