La de 2020 será una temporada completamente atípica para el turismo. Las restricciones y el temor derivados de la pandemia de Covid-19 han hecho que los viajeros no piensen tanto en los atractivos como en la seguridad del destino. Los datos apuntan a que, entre los españoles que se desplazarán por vacaciones este verano, la inmensa mayoría lo hará dentro del país. El 65% asegura que el cumplimiento de las medidas de higiene y seguridad será el factor más determinante en su elección de destino y alojamiento, según un estudio de la consultora Marco.
En las circunstancias actuales, un aspecto clave en este enfoque es el mantenimiento de la distancia física recomendada para minimizar la posibilidad de contagios -sobre todo, evitar la formación de aglomeraciones-, así como asegurar el uso generalizado de mascarillas y otros elementos de protección individual (EPI) en los destinos elegidos. Que eso sea así depende en no poca medida de la responsabilidad individual, pero cuando intervienen flujos importantes de personas la tecnología puede desempeñar un papel fundamental.
Tal es el planteamiento de Prosegur Seguridad, cuya área de innovación trabaja de manera constante en el desarrollo de soluciones novedosas, en este caso, orientadas a la seguridad de los destinos turísticos, con un foco triple: las últimas tecnologías, profesionales muy cualificados y procesos diseñados a la medida del cliente. Así, la compañía está contribuyendo a la reactivación del sector actuando en cuatro grandes áreas relacionadas: la gestión de las playas, la hostelería, el retail y los transportes.
Vigías para un descanso seguro El sol y playa es uno de los atractivos más representativos del turismo en España. Este año la oferta incluso ha mejorado -hay más playas distinguidas con la preciada bandera azul que en 2019- y el reclamo de la arena y el mar es si cabe más poderoso tras los meses de confinamiento. Sin embargo, se hace necesario controlar la cantidad de gente que puede concentrarse en estas zonas y, a menudo, por la extensión o el tipo de acceso, no es tarea sencilla.
Prosegur ha desarrollado lo que denomina smart towers -torres inteligentes- para ayudar a los ayuntamientos en esta labor. En esencia, son puestos de vigilancia autónomos, equipados con paneles solares y cámaras, que permiten vigilar incluso de forma remota tanto la afluencia de bañistas como la distancia de seguridad entre ellos, a través del análisis inteligente de las imágenes que captan las cámaras. Estos sistemas ya funcionan en diversos puntos del norte de España, en Galicia y la cornisa cantábrica.
Además, en aquellas playas que son menos urbanas, que se caracterizan por una extensión mayor o un acceso más complicado, Prosegur ha ideado soluciones de vigilancia mediante drones, realizando una tarea que de otra forma supondría un despliegue poco eficiente de recursos humanos. En este esquema, el dron va recorriendo zonas de la playa en vuelos controlados y, en caso de que se detecte alguna zona problemática, puede acercarse o emitir un mensaje de megafonía pidiendo, por ejemplo, que se guarden las distancias. El objetivo, en todo caso, es idéntico: que los turistas puedan disfrutar de unas condiciones de baño más seguras. En todo lo que tiene que ver con el control de aforos y aglomeraciones, Prosegur cuenta con tecnología para el conteo y seguimiento de personas y la detección dinámica de colas. Mediante sensores 3D y algoritmos de deep learning o aprendizaje profundo se logra una alta precisión; de hecho, la combinación de los sensores permite una mayor cobertura del espacio, ya que son capaces de rastrear dinámicamente las formas cambiantes y de distinguir entre personas y animales.
Prosegur dispone asimismo de sistemas de control de acceso, verificación de identidad y monitorización de la temperatura enfocados a lugares de elevada concurrencia pública. Estos sistemas son particularmente apropiados para los hoteles: la compañía trabaja en el control del aforo, la distancia social y el acceso, donde se está primando la sustitución de las tarjetas físicas por otras que no impliquen contacto alguno. Estos sistemas pueden incorporar también el control de la temperatura, sobre todo para el personal propio. Hay que recordar que, según las directrices para hoteles y apartamentos turísticos publicadas en mayo por el Insituto para la Calidad Turística Española (ICTE) -dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo-, estos establecimientos deben disponer de un "termómetro sin contacto".
En el subsector del retail, las herramientas de Prosegur tienen una aplicación igualmente evidente. En centros comerciales y también en establecimientos más pequeños, o en supermercados, garantizar una compra segura pasa por monitorizar la temperatura del personal propio -para evitar que este sea una fuente de contagio para el cliente- y, en el caso de los turistas y el resto de clientes, por controlar el aforo y las distancias mediante inteligencia artificial (IA), a fin de que no se supere la máxima ocupación permitida.
Máquinas que aprenden Los nuevos sistemas de videovigilancia de Prosegur combinan IA y técnicas de deep learning para alertar ante posibles aglomeraciones, incumplimientos de la distancia social o la detección de EPI a través de herramientas CCTV. En pocas palabras, los motores de IA van alimentándose de las imágenes y vídeos que circulan por el sistema, de manera que cada vez son más precisos a la hora de determinar la distancia de seguridad entre personas, por ejemplo, o si alguien lleva o no la mascarilla. Cuando se observa un incumplimiento, se manda una alerta dando pie a la decisión de enviar a un vigilante o bien emitir un mensaje. Estos sistemas pueden complementarse con aplicaciones móviles, que ayuden en el mantenimiento de la distancia social y, sobre todo, en el seguimiento de los posibles casos sospechosos. De esta manera, la videovigilancia permite monitorizar miles de eventos cada hora y el vigilante de seguridad solo actuará por excepción.
Viajar con garantías En el ámbito del transporte, Prosegur está trabajando fundamentalmente con compañías del sector ferroviario y líneas aéreas para garantizar que los viajes se produzcan en ámbitos libres de Covid-19. Por descontado, toda la tecnología antes citada que tiene que ver con evitación de aglomeraciones y control de afluencia y distanciamiento se podrían aplicar igualmente a estaciones de tren o aeropuertos. Pero, más específiciamente, la aportación de Prosegur en este terreno está en el control de la temperatura del personal, en el caso de compañías aéreas, y de los propios pasajeros en el caso del ferrocarril.
En dichos controles, que descansan en la instalación de cámaras termográficas que no requieren contacto, lo más relevante no es el aspecto puramente técnico, sino el procedimiento. En la aplicación de todas las soluciones detalladas, Prosegur hace hincapié en el trabajo de la mano del cliente, sea este un hotel, un ayuntamiento o una empresa de transporte. La clave está en cómo se organiza el despliegue de dicha tecnología: de nada serviría, por ejemplo, instalar toda suerte de controles en un acceso a un centro comercial si el establecimiento no tiene controlados el resto de puntos de entrada, o no redirige adecuadamente los flujos.
Adaptarse a las circunstancias Otro aspecto diferencial del planteamiento de Prosegur es trabajar con un ojo atento a la actualidad. La pandemia de Covid-19 ha ido evolucionando y es preciso adecuar las soluciones a las necesidades de cada etapa. La compañía trabaja con un área de innovación grande que desarrolla nuevas tecnologías y al mismo tiempo va integrando las diferentes soluciones para conformar productos que satisfagan al máximo las necesidades del cliente.
Al margen de lo anterior, Prosegur lanzó hace algunas semanas el Reto Covidfree en el marco de su programa de innovación abierta, llamado Come In. La propuesta de la multinacional española de la seguridad privada convocó, en apenas dos semanas, más de 80 startups procedentes de 22 nacionalidades diferentes. Tras seleccionar los seis proyectos finalistas, la compañía realizó un Selection Day en el que el jurado eligió la propuesta de la compañía norteamericana Xandar Kardian.
La solución ganadora destaca por la capacidad de controlar la ocupación de espacios interiores a través de la detección de microvibraciones tales como las que producen la respiración o los latidos del corazón. Su aplicación, en el actual contexto, permite, entre otras funciones, conocer en tiempo real el uso de los espacios de trabajo y organizar los planes de limpieza y desinfección en función del uso que se esté haciendo de ellos. Todo lo anterior demuestra de manera palmaria el compromiso de Prosegur con la innovación al servicio de la seguridad de clientes, ciudadanos y, claro es, los turistas que apuesten por España durante el año 2020.
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