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7 de julio de 2020

La OCDE advierte del riesgo de prolongar los ERTE: algunos empleos deberán desaparecer

El organismo valora los esfuerzos realizados en Europa para contener el aumento del paro, pero alerta que estos esquemas deben ser temporales para evitar sostener empleos insostenibles.

Cuando estalló la pandemia del coronavirus en Europa los países reaccionaron con rapidez estableciendo diferentes esquemas de protección del empleo para minimizar los despidos. En España, este mecanismo se activó a través de la figura de los ERTE (expedientes de regulación de empleo temporal), que fueron flexibilizados e incentivados con ayudas públicas. Todo con el objetivo de proteger la renta de los hogares (manteniendo el grueso de sus ingresos) y de las empresas (aliviando los costes salariales).

La OCDE valora que estos esquemas de protección de empleo sirvieran para salvar millones de puestos de trabajo, cosa que no ocurrió en EEUU o en Canadá, donde no existen estas ayudas y todo el ajuste se tradujo en despidos. Sin embargo, a medida que pasan los meses estos instrumentos pierden su utilidad, de modo que pueden llegar a ser contraproducentes si sostienen empleos que nunca se van a recuperar. En su informe Previsión de Empleo, la OCDE advierte del riesgo de mantener los ERTE y esquemas similares durante mucho tiempo, ya que supondría que el Estado sostiene unos empleos que ya no son viables. El organismo considera que el mercado tendrá que adaptarse a la nueva realidad y eso requerirá la destrucción de empleo en algunos sectores para permitir que crezcan otros y los gobiernos no deberán frenar ese ajuste, sino todo lo contrario.

"Fijar límites a los esquemas de protección del empleo ayuda a reducir el riesgo de apoyar trabajos que ya no son viables, incluso en el largo plazo”, explica la OCDE en su informe publicado este martes. En otras palabras, las ayudas públicas al empleo no deben ser un obstáculo para que la economía se adapte a la nueva realidad. El organismo considera prioritario mantener estas ayudas mientras existan restricciones a la movilidad o limitaciones a la producción. Sin embargo, en los sectores en los que las empresas pueden reabrir con normalidad, los esquemas de protección de empleo deberán contar con una fecha de vencimiento.

Los despidos serán inevitables en los sectores que hayan sufrido un cambio estructural o aquellos que tardarán mucho tiempo en volver a la normalidad. Por eso el diseño de las ayudas actuales debe ser óptimo para mantener el apoyo el tiempo estrictamente necesario para salvar empleos que son viables. El organismo no establece ninguna fecha como el límite para mantener estas ayudas, ya que dependerá de la situación económica y financiera de cada país. Lo que sí tiene claro es que a medida que pasan los meses, las figuras como los ERTE de fuerza mayor van a perder eficiencia económica. “A medida que la economía reabre, debería considerarse la reintroducción de una condicionalidad más estricta para las empresas [para el uso de los ERTE]”, advierte el organismo.

“Los límites máximos indican que las ayudas son temporales y, por tanto, no se pueden utilizar como una solución a problemas permanentes”, explica la OCDE. Al mismo tiempo, esto significa que la prohibición a los despidos, prorrogada hasta el 30 de septiembre, puede retrasar el reajuste del mercado laboral. La crisis económica está siendo tan profunda y genera tantas incertidumbres hacia el futuro que las empresas y los sectores necesitarán flexibilidad para adaptarse a su nueva realidad. La ventaja de establecer un límite a las ayudas al empleo permite a las empresas y a los trabajadores anticiparse a esta situación y acelerar el reajuste del mercado.

La OCDE pide a los gobiernos que sean cautelosos para no generar desincentivos al reajuste del mercado laboral. Pero no sólo eso, también reclama que incentiven esa transición hacia los sectores y empresas con necesidad de mano de obra. El organismo señala que los estados deben “promover la movilidad de trabajadores desde empleos subsidiados hacia los no subsidiados”. La vía para hacerlo son las políticas activas de empleo, que en España son un fracaso recurrente. El organismo propone que los gobiernos establezcan como requisito para cobrar las ayudas de los ERTE que estén registrados como demandantes de empleo y reciban orientación laboral y formación para encontrar un nuevo empleo.

El paro superará el 20% La OCDE ha actualizado también sus previsiones de desempleo para el conjunto de países del ‘club’. En el caso de España, la situación volverá a ser dramática con el paro escalando por encima del 20%. El organismo establece dos escenarios de hipótesis. En el primero en el que la pandemia remite progresivamente en los próximos meses, lo que permite una recuperación económica más rápida. El segundo contempla un rebrote en la segunda mitad del año, lo que agrava la crisis.

En ambos escenarios, la OCDE estima que la tasa de paro de España superará el 20% este año. En el horizonte más favorable, el desempleo escalará hasta el entorno del 22% durante el verano para empezar a reducirse hacia finales de año. Por el contrario, en el escenario de un hipotético rebrote al final de año, la tasa de paro subirá hasta el 25% en el cuarto trimestre del año y se situaría muy cerca de los máximos de la crisis del euro.

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