Navarra, segunda comunidad con menos horas de presencia efectiva en el trabajo Con la construcción a pleno rendimiento, más de 25.000 personas pasaban 49 o más horas en su puesto
Casi cinco años de creación de empleo han mitigado algunos de los problemas más acuciantes del mercado laboral navarro. La tasa de paro, por debajo del 10%, se resiste sin embargo a seguir descendiendo en los últimos trimestres. Persisten asimismo, o se corrigen muy lentamente, situaciones de precariedad, de salarios bajos, de temporalidad elevada, de jornadas parciales indeseadas. Y sigue habiendo miles de trabajadores, en torno a 15.000 según los últimos datos del INE, que trabajan más de 49 horas a las semana.
Navarra es, en cualquier caso, una de las comunidades donde menos trabajadores se ven obligados a cumplir con jornadas especialmente elevas. En torno al 5,6% del total de ocupados dice trabajar 49 o más horas a la semana, muy por debajo de la media nacional (un 8,3% de los ocupados totales) y solo por detrás de Canarias. Tanto en Aragón como en Murcia, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, la proporción de trabajadores que afronta jorradas tan elevadas supera el 10%.
Los datos del último año (2017) suponen además la cifra más baja de los últimos años, tanto en el caso de la Comunidad Foral como del conjunto del Estado. Hace una década, cerca del 10% de los trabajadores navarros decía cumplir con jornadas de más de 49 horas (en torno a 25.000 personas en 2007) y más del 12% en el conjunto del Estado (alrededor de 2,4 millones de personas, frente los 1,2 millones actuales). Un descenso que obedece, en primer lugar, a la menor actividad económica en sectores como la construcción, que posee la jornada media más larga, pero que apunta también a una cierta ganancia en la productividad por hora trabajada.
La propia estructura de las comunidades explica asimismo la diferencias entre unos territorios y otros. Al margen de Canarias, Navarra, Comunidad Autónoma Vasca y Catalunya, comunidades con un peso industrial superior a la media, sobre todo las dos primeras, ofrecen el reparto horario más ajustado. Pero no es el único factor: La Rioja, con un peso manufacturero en el empleo similar al navarro presenta jornadas sensiblemente más elevadas. El último informe de negociación colectiva de UGT explica una de las causas. “Teniendo en cuenta los datos de afiliados a la Seguridad Social a diciembre de 2017, descontando los regímenes especiales de Autónomos y Empleadas de Hogar y el empleo público, y contemplando todos los ámbitos funcionales y territoriales de negociación, la cobertura de los convenios colectivos para los trabajadores y trabajadoras de la Comunidad Foral se sitúa por encima del 90%”, señala el estudio que fija para el caso de Navarra una jornada media anual de unas 1.710 horas a las semana, frente a las 1.743 de La Rioja. La relación de fuerzas entre patronales y sindicatos parece por tanto importar a la hora de distribuir las jornadas laborales.
SECTORES Y TENDENCIAS En términos comparados, España se sigue situando además en el pelotón de países donde sus trabajadores más horas pasan en su puesto, sin que esto quiera decir que su productividad sea mayor. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) asegura que a lo largo de 2017 los españoles trabajaron una media de 1.687 horas al año. Muy por encima de los empleados de Alemania, (1.356 joras) o de Francia (1.514 horas). Grecia (2018 horas) o Polonia (1.895) figuran entre los países con jornadas más altas.
La distribución varía asimismo de forma notable según las actividades laborales, recuerdan los sindicatos. Un estudio de CCOO apuntaba, por ejemplo, a los trabajadores de las empresas de seguridad privada como el colectivo con jornadas laborales más altas, con turnos en muchos casos de 12 horas y acumulaciones de hasta 60 horas de trabajo a la semana. Analizada con perspectiva, la tendencia de prácticamente todos los países de la OCDE es clara. El número de horas de trabajo desciende en el último cuarto de siglo a razón de ocho horas al año en España o de siete en Francia. Y la tendencia no parece que se vaya a detener: los millenial, aquellos que han nacido a partir de mediados de los 80, anteponen con claridad la flexibilidad y sus inquietudes personales a una jornada laboral clásica. y sacrifican para ello incluso el salario.
hFUENTE: www.noticiasdenavarra.com AQUÍ
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