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19 de noviembre de 2018

Un jefe de CCOO se prestó 36.500 euros en efectivo de la caja que él controlaba


Miguel Rosa, ex secretario general de una federación madrileña, disfrutó de un crédito personal de 32.000 euros del sindicato y luego fue cogiendo de la caja pequeños préstamos

Miguel Rosa Fernández, alias 'Chomin', ex secretario general de la ya extinta Federación madrileña de Construcción, Madera y Afines de CCOO (Fecoma), utilizó la caja de su sindicato para hacerse préstamos en efectivo: 36.500 euros entre los años 2010 y 2014, según la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial. Y eso que el convenio colectivo de CCOO, firmado en julio de 2010, solo permite créditos de hasta 1.800 euros a los trabajadores del sindicato. Rosa, que primero fue secretario de Organización de Fecoma nacional y luego secretario general en Madrid, controlaba esos años con total libertad la caja de su federación.

Además, tenía un sueldo mensual neto de 2.600 euros y disfrutaba de una tarjeta bancaria para sus gastos sindicales. Hoy es coordinador de salud laboral de la gestora que dirige la Federación de Construcción y Servicios de Madrid (que absorbió Fecoma) y vicepresidente de la Fundación Laboral de la Construcción. La radiografía financiera de Miguel Rosa es confusa y privilegiada. Según la contabilidad de Fecoma, en 2013 existía ya una cuenta bautizada como "préstamo reintegrable Miguel Rosa" que tenía una deuda de 29.000 euros. Deuda que creció ese 2013 (en que Rosa fue elegido secretario general de Fecoma Madrid) cuando el propio Rosa sacó 2.800 euros más de la caja que él mismo controlaba: 1.000 euros el 19 de abril de 2013, 800 euros el 18 de julio y 1.000 euros el 18 de octubre.

Lo más llamativo, e irregular, según los expertos en contabilidad consultados, es que Rosa iba devolviendo poco a poco el dinero que sacaba de la caja con facturas de sus propios gastos sindicales. Por ejemplo, en 2013 se gastó 1.630 euros en consumiciones y aparcamientos (en teoría, por su función sindical) y pasó esos gastos para que se los descontaran de la deuda. Cerró por tanto 2013 con un debe de 30.169 euros. En 2014 volvió a sacar de la caja 1.700 euros el 28 de marzo, y volvió a entregar facturas por valor de 665 euros para que se los restaran del préstamo que debía, entre ellas una factura de 296 euros con el concepto "reparación vehículo M. Rosa".

En mayo de ese año se tiene que cerrar la contabilidad de Fecoma, ya que la federación se fusionó con la de Actividades Diversas-Servicios Privados, dando lugar a la de Construcción y Servicios que existe hoy. Había que regular la caja. El 25 de abril, Rosa hizo un ingreso de 15.000 euros para saldar parte de su deuda, pero aún faltaban 15.665 euros. Fecoma tuvo que hacer un cierre provisional contra la cuenta de préstamos personales de Miguel Rosa Fernández, y notificó las irregularidades a dos responsables de la federación nacional, que poco después fueron relevados de sus cargos.

Es decir, que Rosa Fernández, como máximo responsable de Fecoma y gestor de la caja, se hacía autopréstamos con dinero del sindicato y sin justificar. Como si se tratara de la ventanilla de un banco. Los anticipos de nómina están regulados. Pero este no era el caso. La Agencia Tributaria no permite este tipo de sobresueldos obtenidos directamente de una caja con dinero en efectivo que empresas, administraciones y sindicatos suelen tener para sus pequeños gastos del día a día. Los préstamos a los trabajadores también están regulados, pero se debe fijar un plazo de devolución. Si este supera los seis meses, hay que aplicar unos intereses.

Es más, el convenio colectivo que CCOO firmó en julio de 2010, y que se aplica a todo el personal asalariado, establece en su artículo 9 que "la cantidad máxima en concepto de préstamo que podrá solicitar cada trabajador será de 1.800 euros y el plazo de amortización no podrá ser superior a los 20 meses". Ese convenio no se aplica "a todas aquellas personas que son dirigentes del sindicato, es decir, elegidos por el Congreso, Consejo Confederal o Comisión Ejecutiva Confederal, y que, por tanto, están sujetos a la temporalidad y revocabilidad propia de los cargos electivos. Estas personas que, en ocasiones, pueden percibir una retribución económica como compensación por su dedicación exclusiva a las tareas del sindicato, no mantienen una relación laboral".

Rosa era (y es) dirigente del sindicato. De hecho, no estaba liberado por una empresa, sino que su sueldo lo pagaba directamente CCOO. En su nómina aparecía la categoría de "sindicalista". Este diario ha consultado los estatutos de la Confederación Sindical, y no recogen la posibilidad de conceder préstamos a cargos directivos con fondos del sindicato. El reglamento disciplinario de CCOO califica como faltas muy graves "los comportamientos que busquen un enriquecimiento injusto en detrimento de los derechos de los trabajadores y trabajadoras o del sindicato".

El secretario de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, asegura que el 6 de octubre de 2010 el sindicato le prestó 32.000 euros a Rosa, un "crédito regulado por convenio". Y que Rosa devolvió 15.000 euros el 25 de abril de 2014 (como refleja la contabilidad) y otros 16.000 euros el 23 de junio de 2015. También señala que el descuadre de la caja de Fecoma motivó una investigación interna y en abril de 2016 se concluyó por los responsables de contabilidad que "los descuadres no eran atribuibles a Miguel Rosa. También hemos pasado auditorías externas que no han detectado ninguna irregularidad".

Según CCOO, Miguel Rosa no debe nada ya al sindicato, aunque no ha matizado qué norma o reglamento interno permite conceder préstamos sin interés ni plazos de devolución por importe de 32.000 euros cuando a los trabajadores del sindicato se les limita la cantidad a prestar en 1.800 y se marca claramente una obligación de restituirlo por mensualidades. Si se le prestaron 32.000 euros en octubre de 2010, la contabilidad interna de la caja de Fecoma revela que en enero de 2013 (dos años y dos meses después) aún debía 29.000 euros. ¿Qué plazo de devolución se había fijado para su préstamo?, ¿se fijaron intereses? Además, Rosa se fue prestando posteriormente más dinero en efectivo de la caja. ¿Quién lo autorizó?

Se desconoce para qué usó Rosa el préstamo del sindicato. La verdad es que en aquellas fecha no estaba mal retribuido. Su nómina en 2014 era de 2.600 euros netos al mes, salario que mantiene actualmente. Además, la contabilidad también revela que, como secretario general de Fecoma, Miguel Rosa también disponía de una tarjeta del sindicato en principio para sus gastos sindicales. Con esa Visa se gastó 8.035 euros en 2013 y 6.135 euros en 2014. En total, 14.170 euros. Como ya publicó El Confidencial, otros responsables de la actual federación de Rosa también disfrutan de tarjeta del sindicato.

En la tarjeta de Rosa, por ejemplo, figuran varios gastos en restaurantes: 301 euros en El Rábano, 900 y 930 euros en El Labriego, cinco pagos de 339, 226, 311, 189 y 138 euros en El Barril, 412 euros en El Urogallo, 550 euros en Zerain... Aparte de bastantes facturas de aparcamiento y combustible. Rosa es hoy uno de los dirigentes de la gestora que dirige la federación madrileña de Construcciones y Servicios, después de que algunas dimisiones dinamitaran el equipo directivo que había sido elegido meses antes por los militantes de la federación, que aglutina varios sectores: edificación, canteras, cemento, cerámica, jardinería, madera, limpieza de edificios, saneamiento urbano, seguridad privada...

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