Según el último informe del IMB los ataques piratas a los buques mercantes han aumentado casi un 30% en los primeros 9 meses de 2018
El pasado 3 de noviembre, 2 esquifes sospechosos intentaron atacar al quimiquero Stena Imperial propiedad de la naviera Stena Bulk, cuando navegaba hacia el norte por el mar Rojo, al oeste de Yemen. Según una nota difundida por esta naviera, los esquifes se aproximaron al buque por su costado de babor a una distancia de 1,5 millas.
La tripulación dio la voz de alarma y el capitán se reunió en el puente con el equipo de seguridad privada embarcado en el buque, que disparó bengalas de mano hacia los esquifes a modo de advertencia cuando se acercaban al buque. Se transmitió un mensaje de seguridad sobre el intento de ataque y se contactó con un buque de guerra que se encontraba en las proximidades. Tras el disparo de las bengalas, una de las lanchas pasó por la popa y trató de acercarse al barco. Los guardias de seguridad privada volvieron a lanzar bengalas de mano y el esquife redujo la velocidad y se dirigió hacia otra embarcación.
Este incidente, tras el intento de asalto al KSL Sidney el pasado 15 de octubre, es el segundo en menos de un mes en el que la seguridad privada a bordo resulta determinante para repeler un ataque pirata a un buque mercante. La aplicación de las medidas contempladas en las “Mejores prácticas de gestión” (BMP-5) para la protección contra la piratería, avaladas por las principales organizaciones del sector marítimo, la actuación del capitán y la reacción de los guardas de seguridad a bordo han vuelto a ser esenciales para evitar que los presuntos piratas embarcasen y se apoderasen del buque.
Por otra parte, es preocupante el aumento de los ataques piratas en este año 2018. Durante los primeros 9 meses se han producido un total de 156 incidentes de piratería y robos a mano armada a buques mercantes en todo el mundo, lo que supone un aumento de un 29% frente a los 121 registrados en el mismo periodo del año pasado, según el informe más reciente sobre piratería del IMB (International Maritime Bureau). En dichos incidentes fueron abordados 107 buques, 13 sufrieron disparos con armas de fuego, 4 fueron secuestrados y se intentaron otros 32 ataques. Además, fueron tomados como rehenes 112 tripulantes, lo que supone un aumento del 40% frente a los 80 casos que se produjeron en 2017 para el mismo periodo; 39 fueron secuestrados; 6 resultaron heridos; 7 fueron amenazados y, afortunadamente, no se produjo ningún fallecimiento.
Como apunte positivo, en este trimestre no se ha notificado el secuestro de ningún buque, siendo la primera vez que esto ocurre durante 2 trimestres consecutivos desde 1994. Según Pottengal Mukundan, director de IMB: "Aunque el bajo número de secuestros en el 2º y 3er trimestre de 2018, por supuesto, es una noticia a celebrar, los incidentes de piratería marítima y robos a mano armada siguen siendo habituales". El 36% de los 156 incidentes de piratería (57) tuvieron lugar en el golfo de Guinea. La mayoría en las aguas de Nigeria y sus alrededores (41), con un aumento notable del número de buques que fueron abordados en el fondeadero de Takoradi, en Ghana.
De los 39 secuestros de tripulantes para pedir un rescate, 37 han tenido lugar en la región del golfo de Guinea, en 7 incidentes individuales. Solo en las costas de Nigeria un total de 29 tripulantes fueron secuestrados en 4 ataques distintos, incluido el secuestro de 12 tripulantes de un granelero en la isla de Bonny, en septiembre. En las costas de Somalia no se notificaron nuevos incidentes en el tercer trimestre, aunque en el cuarto ya se han registrado al menos dos de cierta importancia. En Indonesia también se han producido numerosos incidentes en lo que llevamos de año 2018. El IMB recibió informes de 31 ataques menores a diversas embarcaciones, 15 de ellos en el fondeadero de Muara Berau, en el estrecho de Macasar. Los incidentes en el resto de regiones incluyen robos puntuales de bajo nivel en zonas fronterizas.
Los incidentes más recientes en las costa africanas, así como los datos de la última edición del informe del IMB, demuestran que la amenaza pirata sigue siendo una amenaza real y que la aplicación de las directrices BMP5 para la protección contra la piratería y muy especialmente el embarque de seguridad privada a bordo resultan esenciales para la protección de las tripulaciones y los buques ante estos ataques en las zonas de riesgo de piratería.
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