La multinacional de Seattle quería agentes dentro de las instalaciones para obligar a sus empleados a mantener su nivel de productividad durante los paros convocados
Amazon ha puesto en marcha su gigantesco engranaje para intentar aplacar las protestas de sus trabajadores en España. La multinacional estadounidense ha reclamado a la Policía Nacional que despliegueagentes en el interior de su almacén de San Fernando de Henares (Madrid) para tratar de impedir que sus empleados hagan huelga en los próximas días, coincidiendo con el Black Friday de este viernes y en vísperas del Cyber Monday del próximo lunes, dos fechas en que registra récords de ventas. La petición ha sido rechazada tajantemente por el cuerpo policial, argumentando que el control de la productividad laboral no entra en sus competencias y recordando que la legislación española ampara el derecho de huelga, según han confirmado a El Confidencial fuentes policiales.
La firma de Seattle formuló esta petición hace unos días ante el anuncio de los trabajadores de su centro logístico de San Fernando de activar un nuevo calendario de protestas para continuar con las movilizaciones que iniciaron el pasado marzo, ante la negativa de la compañía norteamericana de sentarse a negociar un nuevo convenio después de que el último se extinguiera a finales de 2016. Tras los paros de este fin de semana, habrá nuevas movilizaciones durante el puente de la Constitución, el 15 de diciembre, el día 30 del mismo mes y el 3 de enero.
Estupefacción policial Amazon reaccionó al desafío de su comité de empresa reuniéndose con mandos de la Jefatura Superior de Policía de Madrid para exigirles que pusieran en marcha un dispositivo de seguridad en el interior de sus instalaciones durante esos días. Según fuentes conocedoras de esos contactos, la firma que preside Jeff Bezospretendía que efectivos de la comisaría de Coslada y San Fernando, responsable de su demarcación, obligasen a los empleados a acudir a sus respectivos puestos de trabajo y que además vigilasen que su rendimiento fuera idéntico al de una jornada normal. El objetivo de esta presencia policial, en resumen, sería evitar una huelga encubierta entre los empleados que accediesen a sus puestos por miedo a represalias.
"Estupefacción policial" ante la petición de Amazon de que los agentes vigilasen la productividad La solicitud causó estupefacción en la Policía Nacional, que rechazó automáticamente la posibilidad de activar un operativo de esas características. Además de las policiales, otras fuentes del entorno de la empresa así como los representantes sindicales han confirmado a este medio dichos encuentros. Es más, estas voces afirman que algunas de las peticiones formuladas oficialmente a las Fuerzas de Seguridad "también han chirriado" a diferentes cargos de la división española de Amazon FulFillment, la encargada de gestionar la red logística y, por tanto, todos estos centros.
Peticiones previas No era la primera vez que Amazon tenía una reunión con la Policía Nacional para intentar desactivar las protestas de sus trabajadores. El pasado julio, máximos responsables del departamento de Seguridadde la multinacional se desplazaron a España desde su cuartel general en Seattle para mostrar su inquietud por la huelga que había convocado su comité de empresa durante la semana del Prime Day, un día en el que Amazon aplica descuentos especiales a sus clientes prémium.
Esa jornada, en la que también cosecha un volumen extraordinario de ventas y que cambia de fecha cada año, tuvo lugar el pasado 16 de julio. A la firma le había pillado por sorpresa la primera huelga celebrada en el centro de San Fernando el pasado marzo y decidió enviar a Madrid días antes del Prime Day a sus directivos de seguridad para que trasladaran directamente su inquietud a la Policía.
La Policía advirtió a Amazon de que estaría presente pero que se limitaría a garantizar el orden En ese encuentro, la empresa exigió que se garantizara el acceso al centro logístico de los empleados que no quisieran sumarse al paro y también de los camiones con mercancía. Además, reclamó que se impidiera a los piquetes protestar frente a sus instalaciones. La Policía contestó que estaría presente, pero advirtió de que su papel debía limitarse a garantizar el orden público.
Lo cierto es que las peticiones de Amazon consiguieron que en la huelga de julio hubiese un mayor dispositivo policial que en marzo, con unidades repartidas a lo largo de todo el perímetro y no concentradas únicamente en los dos accesos principales, como pudo confirmar este diario durante la cobertura de la huelga. Pero ante la negativa de la Policía de satisfacer todos y cada uno de estos requerimientos, la multinacional optó por organizar un dispositivo contratando una empresa privada para poder controlar y minimizar las protestas. Los sindicatos denunciaron, entre otras cosas, que la dirección infiltró entre los piquetes "hasta 10 empleados de estas firmas de vigilancia" con el objeto de tomar "imágenes desde dentro de la manifestación para poder tomar futuras represalias", algo que los representantes de los trabajadores ven como "una auténtica provocación".
En un comunicado remitido a los medios, Amazon ha asegurado que es una "compañía responsable que siempre pone a sus clientes y empleados en primer lugar. Para garantizar la seguridad de nuestra gente y nuestras operaciones siempre colaboramos con las autoridades, incluida la Policía" . "Sin embargo, cualquier afirmación de que hayamos utilizado esta relación de manera inadecuada es categóricamente incorrecta. Cualquiera que entienda la forma en la que funcionan las empresas y las autoridades locales sabrá queese tipo de afirmaciones son rotundamente falsas y desacertadas", reza el texto.
Más presiones El despliegue y las medidas no convencieron a los de Bezos, que ya en pleno Prime Day presionaron de nuevo al cuerpo policial para que disolviera a los empleados que habían optado por concentrarse en una rotonda cercana a una de las entradas del almacén, la situada en la calle de los Guarnicioneros, la más utilizada por los camiones para acceder al interior del recinto para la carga y descarga de la mercancia. Allí, en ese punto, se produjo el único incidente significativo ocurrido en estas protestas, cuando los agentes decidieron disolver a un grupo de manifestantes en un breve capítulo de tensión que se saldó con dos detenidos.
La huelga del Black Friday ha acentuado el nerviosismo de la compañía estadounidense ante la posibilidad del 'efecto contagio' a otros países europeos, como Alemania o Francia, donde Amazon también tiene que hacer malabares para evitar conflictos laborales en algunos de sus centros. Ante el rechazo de la Policía Nacional a que sus agentes vigilen el rendimiento de sus trabajadores, la empresa ha repetido la jugada de la fontanería logística que realizó en julio: desplazar a otros centros logísticos gran parte de su actividad y la mercancia clave para esta fecha, sobre todo al de Barcelona. Además, ciertos trabajadores y sindicatos afirman que se ha puesto en marcha una “campaña del miedo” entre la plantilla, que consiste en presionar a los temporales.
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