Dos vigilantes de seguridad de una empresa privada han denunciado en sede policial haber sufrido agresiones en un nuevo episodio violento en el Clínico San Cecilio de Granada del que fueron avisados por personal del centro, en tanto un paciente estaba supuestamente agrediendo tanto a sanitarios como a pacientes.
Dos vigilantes de seguridad de una empresa privada han denunciado en sede policial haber sufrido agresiones en un nuevo episodio violento en el Clínico San Cecilio de Granada del que fueron avisados por personal del centro, en tanto un paciente estaba supuestamente agrediendo tanto a sanitarios como a pacientes. Así lo ha indicado en una nota de prensa este miércoles la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato que demanda medidas disuasorias de forma coordinada que puedan beneficiar tanto al personal de la sanidad como a los profesionales de vigilancia privada de los centros sanitarios.
La agresión, ante la que la CSIF ha expresado su "máxima condena", sucedió en torno a las 4,00 horas del pasado sábado, 1 de abril, cuando dos agentes de seguridad privada del área de urgencias habrían sido requeridos por el personal sanitario ante un paciente violento que estaba agrediendo al personal sanitario y a usuarios del centro. Según destacan los profesionales agredidos, "durante el forcejeo para su detención, uno de los agentes de seguridad recibió golpes en la cabeza que le crearon contusiones mientras que al segundo vigilante le intenta sacar un ojo y acaba con diversas contusiones en la muñeca, hombro y coxis aparte de arañazos en la cara y en la mano".
Los hechos ya se han puesto en conocimiento de la Policía mediante la pertinente denuncia por parte de ambos profesionales. Por su parte, CSIF ha señalado que estos actos violentos son "cada vez más frecuentes en las urgencias hospitalarias", recordando que es hora de poner todos los medios necesarios para la concienciación ciudadana. El sindicato demanda nuevas medidas coordinadas con el ámbito sanitario, que tengan en cuenta no solo al personal propio del Servicio Andaluz de Salud (SAS), sino a todos los profesionales que desempeñan su labor dentro de edificios sanitarios y que también trabajan en primera línea de atención, como es el caso de los vigilantes de seguridad privada que pertenecen a empresas concesionarias.
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