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10 de julio de 2022

El vigués Antonio Fernández, seis años de lucha contra los piratas del Índico

Antonio Fernández, jefe de seguridad y formador de vigilantes en Vigo, ha dirigido la protección en el Índico en barcos como el “Albacora Cuatro" o el “Alakrana”

Ha pasado mucho tiempo en el mar sin ser marinero, embarcado en atuneros que faenan en el Índico, protegiendo a su tripulación de los piratas. Antonio Fernández, jefe de seguridad, formador y docente de vigilantes, estuvo seis años dedicado a la protección de los buques y compartió mareas en el “Alakrana” o el “Albacora Cuatro”, el pesquero vigués que perdió recientemente a dos de sus tripulantes por una fuga de amoniaco cuando se encontraba en Seychelles. “Sentí muchísimo ambos fallecimientos, les conocía a los dos, sobre todo al jefe de máquinas, eran personas estupendas”, señala. Ambos atuneros habían sido en el pasado objeto de secuestro por somalíes y precisamente el episodio del “Alakrana” marcó, junto con el del “Playa de Bakio” un antes y después permitiendo la seguridad privada en los barcos a partir de 2009.

Ahora en tierra (dejó esa función en 2020), Fernández recuerda los momentos de riesgo y “tensión” que se viven vigilando la presencia de piratas en el mar. “Es un trabajo duro, hay que estar 24 horas alerta para poder detectar su presencia con el tiempo suficiente para poder reaccionar”, relata. Con una formación que requiere cierta vinculación militar, los vigilantes del mar cuentan con armas del Ejército español, MG 42 y G36. “Los piratas llevan fusiles de asalto, habitualmente Kalashnikov, por eso es importante que sepan que nosotros también vamos armados”, asegura mientras explica que “hay un protocolo de actuación cuando aparecen que es que el barco debe dirigirse hacia el lado opuesto y mientras se abre fuego disuasorio. Habitualmente cuando se dispara, suelen huir”. El momento más peligroso es cuando se está faenando. “Ahí es cuando los asaltantes aprovechan porque los marineros están pendientes al completo de su trabajo. Por eso tenemos que vigilar constantemente, con prismáticos desde arriba y observando el radar, de forma que cuando se detecta una embarcación sospechosa haya tiempo para activar el protocolo establecido y poder esquivarla", señala. El experto en seguridad señala que “en todos los barcos de bandera española el personal sí está formado, pero en otros no es así y hay que prepararlos”. Reconoce que “es un trabajo muy estresante y puede llegar a pasar factura cuando las embarcaciones son pequeñas y tienes que pasar en ellas muchos meses”.

"Hay intrusismo en la seguridad de eventos" Centrado actualmente en la formación de vigilantes de seguridad, Antonio Fernández reivindica la figura de estos profesionales frente al actual intrusismo, principalmente en la contratación de personal para grandes eventos. “Hay mucha demanda pero también nos encontramos con el problema de que se está echando mano de auxiliares y sus funciones son totalmente distintas”. Así, señala que “los vigilantes tienen un certificado de profesionalidad, el TIP o tarjeta de identificación que garantiza que cuentan con formación reglada y llevan una defensa y grilletes. Los auxiliares pueden controlar accesos pero no revisar bolsos o solicitar los DNI”. Fernández incide en que todos los eventos que se organizan deben tener un plan de autoprotección, “el personal de vigilancia, preparado y formado, está en contacto con las fuerzas de Seguridad y puede intervenir para evitar incidentes. Su presencia ya es preventiva y disuasoria y suma a la labor que realizan los cuerpos policiales. De ahí que sea importante que se controle que sea personal cualificado con inspecciones que pueden acarrear multas.

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