El infalible aplauso de las ocho de la tarde, las videollamadas sustitutivas de salas de reuniones y barras de bar, el salón como gimnasio y patio de juegos o la fortuna de tener perro que sacar. No solo hemos cambiado nuestros hábitos diarios, también nuestro imaginario colectivo.
Nunca antes un ‘¿cómo estás?’ había sido una pregunta realmente sincera ni habíamos usado tanto palabras como esenciales o héroes sin banalizar su significado. Tal vez porque somos conscientes de que ‘quedarse en casa’ no es una opción para muchos profesionales. Médicos, enfermeros, celadores, farmacéuticos, cajeros, transportistas, trabajadores de la limpieza y grandes superficies, fuerzas y cuerpos del Estado, seguridad privada… Ellos se han convertido en los básicos de esta epidemia. En España, hay más de 84.100 profesionales que se dedican activamente a la seguridad privada, según Aproser. En los hospitales, el transporte público o los supermercados, ellos guardan y vigilan. También, esenciales. También, héroes.
En el artículo podrás acceder a las historias de diferentes profesionales de la seguridad privada como Benén Avilés, que trabaja en Metro Madrid con la empresa TRABLISA, Julia del Viejo, destinada en IFEMA con PROSEGUR, Andrés González, que desempeña sus labores en un hospital con SABICO, Lorenzo Muñoz de la seguridad en Cercanias Renfe-Atocha con SEGURISA, Ana Belén Marcellán perteneciente al transporte de fondos en la empresa LOOMIS, Jonatan Cabello, técnico de sistemas en SECURITAS, Silvia Ruíz, vigilante de seguridad de ILUNION en un supermercado y Enrique López del transporte de fondos de PROSEGUR CASH.
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