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20 de abril de 2020

«Solo pedimos que no vengan a hacer la compra cada día»

El vigilante de uno de los establecimientos con más afluencia de Palencia asegura que ve al mismo número de «inconscientes» que hace un mes

Anda que no ha vivido jornadas históricas Pedro Pinto, vigilante de seguridad. Sobre todo, deportivas. Muchas noches en el Santiago Bernabéu, aunque de espaldas al balón y a ese elenco de estrellas que mueve masas. Situación similar vivió en la catedral del fútbol, en San Mamés, aunque sus recuerdos de esos intensos días de trabajo le traen malos recuerdos como los encuentros contra el Spartak de Moscú, cuando en febrero de 2018 los ultras del conjunto ruso sembraron el terror en el Bilbao (falleció un ertzaina por un ataque al corazón mientras intentaba disuadir los disturbios) o contra el Olympique de Marsella.

Ahora Pedro Pinto, que simpatiza con el Barça, no tiene que velar para que las dos hinchadas mantengan una actitud pacífica durante el partido o que algún aficionado se acerque hasta los dominios de Iker Casillas o Aritz Aduriz. Su principal cometido en la actualidad es garantizar la salud de todos aquellos que se acerquen hasta el Mercadona de El Arambol, puede que el supermercado de Palencia con más afluencia. Dar seguridad al cliente y regular el tráfico de las largas colas que acoge diariamente este establecimiento. Hasta tal punto que sus palabras más manidas estos días sean 'allí tiene el desinfectante y, un poco más adelante, los guantes'. «No tiene nada que ver lo que vivimos estos días en los supermercados con las noches conflictivas de unos encuentros de fútbol. Aquí nos encontramos al típico señor que no quiere cooperar o que le parece excesivo lo que hacemos, pero hasta ahí», afirma Pinto, que reside en Palencia desde hace cuatro años.

Después de todo este tiempo, la pandemia de la COVID-19 le ha obligado a situarse en primera línea de lucha contra el virus, al igual que su mujer, que trabaja en el 112 en Venta de Baños. «Ella ha tenido que trasladar a varios pacientes con la enfermedad, mientras que en mi caso, han pasado hasta 5.000 personas por delante de mí», detalla el vigilante leonés, que lamenta la desobediencia de algunos palentinos en plena crisis sanitaria. «Cada día se sigue viendo a gente que viene a por una barra, y luego aparece otras cuatro veces. He visto a muchos matrimonios viniendo a comprar y hasta madres con hijos de 15 años. No lo entiendo», prosigue.

Pero no todo es inconsciencia, pues en el otro lado de la balanza se encuentran aquellos que completan carros y hasta los que compran mucho pan para aguantar una buena temporada sin pisar baldosa de supermercado. «No tenemos ninguna potestad para no dejarles pasar. Me lo ha preguntado mucho el personal del supermercado, pero no podemos hacer nada. El decreto no especifica cuántas veces puedes ir a comprar. La gente se agarra a eso para salir cuatro veces en una misma mañana. Aún así, la mayoría de la gente está concienciada y solo aparecen una vez por semana», reconoce el vigilante de un supermercado que ha reducido su aforo a un máximo de 170 clientes.

«El decreto no especifica cuántas veces puedes salir a comprar, la gente se aprovecha de eso»Por ese motivo, el principal mensaje que quiere que cale en la sociedad es que «no hace falta venir a hacer la compra todos los días». «Además, los inconscientes son los mismos estos días, que los que veíamos los primeros días», puntualiza Pinto, que ha visto a más de uno cómo le ponían una sanción en la puerta del supermercado. «Durante estos días, la presencia de los policías ha aumentado, al igual que la del ejército. Lo vemos mucho por los aledaños del parque comercial. La mayoría de las multas que han puesto han sido por venir dos personas a hacer la compra. Aún así, muchas parejas se acercaban juntos y se separaban en la puerta y cogían dos carros, mientras manifestaban que venían separados», concluye el vigilante que cambió el Bernabéu por el Mercadona.

«Mi principal función es que el cliente se ponga guantes y se desinfecte las manos» Con potestad solo en el interior del establecimiento, Pedro Pinto se ha convertido en uno de esos héroes que ven el día a día desde un supermercado. Labor vital en estos días, a pesar de que también ha tenido algún desencuentro con algún cliente díscolo. «Mi trabajo es que se mantengan las normas y el orden, además de que todos los clientes se pongan los guantes y se desinfecten las manos», apunta el vigilante de seguridad de León, que pide un poco más de empatía en tiempos de crisis sanitaria. «Que miren un poco por la persona de al lado. No nos acordamos que los derechos de uno terminan donde empiezan los del otro. Si no nos gusta que se nos arrime alguien, vamos a procurar no acercarnos al resto. Y eso pasa por salir de casa lo menos posible», prosigue.

Entre los lamentos de Pinto también se encuentran aquellos que manifiesta al ver a vecinos de municipios cercanos a la capital. «A este Mercadona viene mucha gente de Venta de Baños. Esas personas también tienen supermercados en su localidad», detalla el vigilante, que hoy volverá al trabajo con el objetivo de que la COVID-19 no se extienda por los supermercados.

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