El Sindicato Profesional de Vigilantes denuncia la falta de medidas de prevención de muchos trabajadores que desempeñan su labor en focos de infección sin apenas protección
“Muy pocas empresas están facilitando mascarillas, se las tienen que buscar por su cuenta”. Quien habla es Antonio Montesinos, secretario del Sindicato Profesional de Vigilantes, un colectivo que aglutina a más de 2.000 trabajadores en la provincia de Cádiz, que se sienten desprotegidos durante la labor que realizan en plena crisis del coronavirus en centros de salud, hospitales, supermercados, estaciones de tren, autobús, puertos, aeropuertos, prisiones o fábricas.
“Hemos tenido varios casos positivos de compañeros, pero ya se han recuperado”, cuenta Montesinos a lavozdelsur.es. Otros vigilantes han estado en cuarentena al presentar síntomas. Entre los que desarrollan su labor en el Hospital de Jerez se han detectado cinco contagios. “Hemos estado muy preocupados por ellos”, insiste el secretario del Sindicato Profesional de Vigilantes, quien critica la falta de medios con la que están trabajando durante el estado de alarma. El sindicato considera que colectivo está demostrando su profesionalidad y compromiso social en un momento difícil pese a las condiciones en la que desarrollan su trabajo, a pesar de que muchos de ellos cobran un sueldo de 1.000 euros al mes y ahora encima las empresas están presentando ERTE masivos, como medidas paliativas frente a los efectos ocasionado por el cierre de cientos de comercios ante el estado de alarma. “Peligra su salud y ahora también su empleo, sin embargo, aunque siguen ahí con temple protegiéndonos mientras ellos se encuentran a la intemperie”, señalan.
“La mayoría de comercios que atendemos están cerrados y los bancos han minimizado el traslado de dinero”, cuenta Montesinos, quien asegura que los billetes “no son transmisores del virus”. Muchos vigilantes de seguridad trabajan protegiendo el transporte de fondos de entidades financieras o empresas, por lo que se están viendo afectados por la paralización de la actividad. “Si el dinero ya tenía un futuro incierto, ahora mismo con el virus, más todavía”, reseña. El Sindicato Profesional de Vigilantes lamenta que, al igual que ha ocurrido con los policías y guardias civiles, a los vigilantes de seguridad no se les haya incluido entre los colectivos de alto riesgo por contagio de coronavirus. “Somos muchos vigilantes que nos hemos comprado o fabricado de forma casera las mascarillas, guantes o soluciones desinfectantes preparadas por nosotros mismos, mirando por nuestra seguridad y la de nuestras familias que nos esperan en casa expuestas a nuestra vuelta a casa”, señalan.
Desde el sindicato se han trasladado estas reivindicaciones a la Inspección de Trabajo, que en una respuesta reciente a la que ha tenido acceso lavozdelsur.es, aconseja a las empresas que cuentan con vigilantes de seguridad que tomen una serie de medidas, como “extremar las condiciones de limpieza; adoptar medidas organizativas como teletrabajo y/o redistribución de turnos; respetar las distancias entre personas en los puestos de trabajo y en las zonas comunes; usar de pañuelos desechables, no toser o estornudar sobre las manos sino en el interior del codo o evitar tocarse la cara con las manos; revisar y evaluar riesgos por los servicios de prevención propios o ajenos”. Antonio Montesinos, desde el Sindicato Profesional de Vigilantes, considera que estas consideraciones son insuficientes, ya que en la práctica no todas las empresas cumplen con estas recomendaciones. “Hay centros de trabajo en los que se han empezado a suministrar mascarillas, pero hay pocas existencias”, se queja, “las dan con cuentagotas”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que no recomendó las mascarillas para salir a la calle en un principio, ahora está cambiando de parecer a raíz de la publicación de un estudio del Massachussets Institute of Techonology (MIT), publicado en el Journal of the American Medical Association, que apunta a que la transmisión del coronavirus no solo se produce por excreciones de vías respiratorias y saliva, sino que puede permanecer en el aire durante horas. “Hay casos muy gravosos, de vigilantes de seguridad que trabajan en centros sanitarios y no tienen EPI (equipos de protección individual)”, señala Montesinos a lavozdelsur.es, pero ya hay compañías que se han comprometiendo a facilitarlo. “La Inspección de Trabajo ha recibido estas denuncias, pero apenas ha hecho nada”, añade. “La seguridad solo sale a luz cuando hay problemas, de eso se trata, de ser discretos”, apunta Montesinos, “pero los vigilantes pasarán a la historia del coronavirus como los grandes olvidados y eso es de lo más injusto”, apuntan desde el sindicato, quien también pide un aplauso para estos trabajadores, tan importantes y tan invisibles.
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