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7 de abril de 2020

Entrevista al Comisario Javier Galván, interlocutor policial nacional sanitario de la Policía Nacional.

“El director de Seguridad de un hospital no puede ser el responsable de mantenimiento”

Las agresiones a facultativos son una de las principales preocupaciones de seguridad en los hospitales y centros de salud. Hasta tal punto que la Secretaría de Estado de Seguridad creó hace algo más de dos años, a través de la Instrucción 3/2017, la figura del interlocutor policial nacional sanitario, que en el caso de la Policía Nacional encarna el comisario Javier Galván.

Este profesional y su equipo trabajan a diario para aplacar esta lacra dentro de la Sanidad española, pero también para abordar otros problemas importantes, como garantizar que se protege adecuadamente el material radiológico de uso médico que se almacena en algunos hospitales para evitar que caiga en malas manos o reducir en lo posible los frecuentes hurtos o robos con fuerza en estas infraestructuras.

¿Qué avances han conseguido desde la implantación del interlocutor policial nacional sanitario? Llevamos un año y medio trabajando con esta figura, porque aunque la Instrucción se publicó en julio, nuestra labor empezó a finales de 2017, tras un periodo de planificación previo para la puesta en marcha de nuestra actividad. El primer avance es que la Policía Nacional ha conseguido transmitir la necesidad de implantar el sistema de seguridad público-privado español en el ámbito sanitario. La Policía Nacional no solo debe dar una respuesta al problema de las agresiones, sino que tenemos que implantar la figura de la seguridad privada como el principal actor de protección en toda la infraestructura sanitaria.

Pero no pretendemos implantar ese modelo de seguridad solo por las agresiones, sino también porque hay otros asuntos que debe asumir la administración sanitaria, como puede ser la protección de instalaciones con material radiológico, lo que requiere un plan de protección específico validado por la Unidad Central de Seguridad Privada [en adelante UCSP], o las actividades delictivas que se llevan a cabo en las infraestructuras sanitarias, como los hurtos o los robos con fuerza.

¿Cómo trabaja la Policía Nacional en lo que se refiere a las competencias del interlocutor policial nacional sanitario y de los interlocutores provinciales? Cuando se aprobó la Instrucción 3/2017, lo primero que hicimos en la UCSP fue levantar la mano, porque entendimos que la instrucción contenía medios y recursos de la seguridad privada para proteger a los profesionales sanitarios de las agresiones que sufren en el ejercicio de su profesión. Asumimos el papel de interlocutor policial nacional sanitario en mi cargo y después lo extendimos a los jefes de las unidades de Seguridad Privada del resto de España. En total tenemos a más de 60 personas de esas unidades trabajando en esta actividad.

Después de planificar la labor que íbamos a llevar a cabo, lo primero fue reunirnos con el sector sanitario: con sus representantes, sus colegios profesionales, los sindicatos, la administración territorial, la administración central… Es decir, construimos una relación institucional, algo que parece fácil pero que necesita vías de entendimiento sobre las necesidades que existen, dado que se trata de dos profesiones con objetivos diferentes.

Por otro lado, hemos impartido formación a los jefes de unidades territoriales de Seguridad Privada de Policía Nacional. Para ello creamos dos cursos anuales en los que reunimos a los interlocutores policiales sanitarios en sus provincias y les damos formación específica al respecto. Para esa formación contamos con la colaboración de la División de Formación, que aporta contenidos psicopedagógicos, y con la Unidad de Secuestros y Extorsiones, para que nos den pautas a la hora de actuar y evitar agresiones.

¿Qué aspectos abordan en los encuentros con los responsables sanitarios? Cuando nos desplazamos a nivel territorial nos reunimos con las autoridades gubernativas, gerentes de hospitales, representantes de la administración sanitaria y profesionales que desempeñan una función directiva en ese ámbito. En ellas hacemos una exposición acerca de la situación de las agresiones en la que no solo decimos cuántas se han producido en cada provincia, sino de qué tipo, cómo evolucionan, etc. En la Policía Nacional hacemos una labor de inteligencia con todos los datos que recibimos a través de nuestro sistema estadístico que recoge las denuncias, de manera que podemos trasladarles incluso franjas horarias, días de la semana con más incidencia delictiva…

En estos casos no solo nos remitimos a las agresiones, sino también a los hurtos o a los robos con violencia, actividades delictivas que van paralelas a las agresiones y que también trasladamos a nuestras unidades de Policía Judicial y de Seguridad Ciudadana. En el año 2018 comenzamos con una línea ascendente en estos delitos y hemos conseguido revertirla hasta el punto de que ahora hay un menor número de hurtos y robos con fuerza en centros sanitarios en el ámbito de la Policía Nacional.

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