Ochenta profesionales de la seguridad privada custodian hospitales y centros de salud en uno de los momentos más críticos de la pandemia
José Miguel López tiene turno de mañana en el centro de salud de Gran Capitán y de noche en las urgencias de la Chana hoy martes. Está en primera línea de riesgo por la Covid-19. Es uno de los 80 profesionales de la seguridad privada que custodian hospitales y centros de salud en estos momentos. «Somos los grandes olvidados. Nadie habla de nosotros pero estamos junto a los médicos, junto a las enfermeras, los celadores y los conductores de ambulancia, los enfermos o los ciudadanos que llegan a los centros sanitarios. Y sin embargo, estamos siendo los grandes olvidados en esta guerra», advierte.
Una de las funciones de José Miguel es servir de triaje en los centros de salud. «Estamos junto al personal sanitario en la entrada de los centros de salud. La gente ya sólo puede venir a efectuar ciertas gestiones o pruebas a los centros de salud. Aquí se corre mucho riesgo porque son focos de infección y, sin embargo, la gente sigue llegando». Por lo general son muchos aún los que se acercan a los centros sanitarios para que sus médicos de cabecera les renueven las recetas, por una cita que tenían o por alguna dolencia muy puntual. «Nosotros estamos en la puerta informando junto a los profesionales sanitarios», indica. Lo mismo ocurre en los hospitales. Los vigilantes están repartidos por las zonas más sensibles: Urgencias y UCI, así como haciendo rondas por el resto de plantas del hospital. «Nos estamos dejando la piel como el resto de profesionales que están en primera línea, trabajando en las zonas más sensibles de contagio», explica este profesional.
Sin incidencias Respecto a las incidencias que están registrando, José Miguel dice que todo ha cambiado mucho. «Te puedes encontrar algún rifirrafe verbal pero nada importante. No hay agresiones. Yo también trabajo en el centro de salud de Pinos Puente y allí no se han registrado peleas ni agresiones ni nada parecido». Sobre la seguridad con la que acuden a trabajar cada día, este vigilante mantiene que desde un principio les facilitaron mascarillas y guantes. «Nuestra empresa nos ha dotado de mascarillas adecuadas, no de las quirúrgicas, tenemos guantes y los EPI (equipos de protección integral)». Pero pese a todo «siempre vives esta situación con cierta angustia, porque tenemos hijos, parejas y el riesgo al contagio siempre está ahí presente», subraya. De momento, hay ya tres contagios entre vigilantes. En estos momentos hay unos quince vigilantes de seguridad repartidos por los centros de salud de la capital y cinturón metropolitano de Granada y entre 60 y 65 más por los hospitales públicos de toda la provincia. Y hasta el martes pasado ninguno se había contagiado de coronavirus.
Hace escasas fechas, los vigilantes de seguridad del servicio de urgencias del Hospital Médico Quirúrgico estuvieron codo con codo con los militares de la UME. José Miguel, al igual que sus compañeros de los centros de salud, permanecen en las puertas donde se hacen los triajes o filtros a la población que llega enferma o con otros problemas de salud. Las vigilancias en el interior de los hospitales en las plantas donde hay más personas encamadas con la Covid-19 es misión de ellos. Ellos velan por la seguridad de esos otros 'soldados', los sanitarios, encargados de combatir al coronavirus con las mejores armas inventadas hasta el momento: la ciencia, la esperanza y el trabajo sin final. «Aquí estamos todos unidos y vamos a una», finaliza.
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