Los vigilantes de una veintena de sedes, centros y delegaciones ejercen una "labor fundamental" para el correcto funcionamiento de la institución.
Más de 70 trabajadores del personal de seguridad de Diputación de Granada, durante la crisis del Covid-19, han permitido mantener la normalidad en los diferentes centros de actividad de la institución, garantizando la tranquilidad de los demás trabajadores y de los usuarios.
La plantilla ha estado compuesta por 65 trabajadores, entre los cuales hay un jefe de vigilancia y un responsable de sistemas, además de una bolsa de ocho vigilantes para cubrir necesidades eventuales. Sus labores se diferencian en función a los servicios prestados en los distintos centros, de modo que, en muchos casos, a la protección de edificios, bienes inmuebles y control de entradas y salidas, tanto de personas como de vehículos u objetos, se ha sumado el trato específico que deben dar a visitantes, usuarios y personal. Durante la actual situación de crisis sanitaria, los vigilantes han asumido dificultades añadidas, adoptando las medidas necesarias para poder seguir realizando el cien por cien de sus funciones.
A pesar de que Diputación ha adoptado el teletrabajo como medida preventiva para la mayor parte de sus trabajadores, existen labores excepcionales que son esencialmente presenciales. En el caso de los vigilantes de seguridad, no ha cesado el control ni la protección de los edificios temporalmente en desuso, como la sede provincial, el CIE, el Centro José Guerrero o las oficinas del Patronato de Turismo, que se mantienen vigilados las 24 horas del día mediante turnos. Tampoco ha cesado la vigilancia en los diferentes centros sociales y residencias de la provincia, que han seguido activos y precisan de toda precaución posible para disminuir al mínimo el riesgo de contagio, tanto del personal como de los usuarios.
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