Relata cómo redujo al individuo que portaba en el mercado navideño un arma de fuego que al final resultó ser de fogueo
Todo quedó afortunadamente en un susto. Los hechos ocurrieron el domingo uno de diciembre en una abarrotada Fira de Santa Llúcia de Barcelona. Pasadas las tres del mediodía, una paradista vio a un hombre en las escaleras de un parking de la plaza de la Catedral con un revólver introduciendo balas en el arma. La pistola resultó ser simulada pero en ese momento nadie lo sabía. “Me puse muy nerviosa y rápidamente fui a avisar a la seguridad del mercado”, comenta a día de hoy todavía emocionada la feriante, que prefiere mantener el anonimato.
Tras describir el individuo a Víctor, el vigilante de seguridad del popular mercado navideño de Barcelona desde hace 11 años, no dudó en actuar con rapidez. “Inmediatamente me puse a dar vueltas y al lado de una de las paradas encontré al hombre con el revólver abierto y municionando el arma otra vez”, explica el vigilante. “En esos momentos había mucho nerviosismo porque no sabíamos que la pistola era de imitación y no corría peligro solo mi vida sino la de los feriantes y el resto de ciudadanos. No dudé en actuar ni me paré a pensar si el revólver era de fogueo o no”, relata. Entonces el vigilante se acercó rápidamente, le quitó el arma al individuo y a continuación le hizo una llave: “Le tiré al suelo hasta llegar a engrilletarlo. Cuando le puse las esposas se resistió y hubo un forcejeo”.
La intervención del vigilante se llevó a cabo en uno de los laterales de las escaleras de la Catedral y contó con la ayuda de los controladores de acceso del mercado. Tras reducir al individuo avisaron al 112 y uno de los controladores también paró a una patrulla de agentes de los Mossos cerca del lugar para alertarles de lo sucedido. En ese momento, un mosso fuera de servicio que pasaba por allí también se acercó e intervino. A continuación, llegaron los mossos uniformados, le cambiaron las esposas por las del cuerpo policial e introdujeron al hombre en el coche patrulla. El detenido ya tenía varios antecedentes penales y se le atribuye un delito de desórdenes públicos. Unas horas después, la cuenta de Facebook de los Mossos d’Esquadra se hacía eco de la noticia: “Un compañero fuera de servicio con un vigilante de seguridad detienen a un hombre en la Fira de Santa Llúcia de Barcelona. Le vieron con un arma de fuego que finalmente resultó ser de imitación. ¡Buen trabajo!”. “Obviamente agradezco la ayuda del mosso y algunos del cuerpo me han felicitado, pero cuando leí algunas informaciones que decían que el mosso había sido el que lo había detenido he querido contar la verdad. Cuando él llegó ya estaba todo hecho”, reivindica Víctor. Al cabo de unos días un mosso de paisano se acercó y le preguntó por lo ocurrido. Tras explicar los hechos le comentó que un intendente contactaría con él.
Fuentes de los Mossos d’Esquadra señalan que en ningún momento han negado que la “primera actuación” la realizó el vigilante de seguridad y la llevó a cabo de forma “muy correcta y efectiva”. También ponen en valor que el mosso fuera de servicio se sumó y que “el posterior traslado a dependencias policiales y la detención propiamente” la realizan los Mossos d’Esquadra. “Cuando una persona queda detenida hay unas diligencias policiales y se le atribuye la detención al mosso que actúa en realizarla y ya consta en el escrito que el vigilante de seguridad realiza la primera asistencia y reduce al individuo”, detallan fuentes policiales.
Por su parte, el vigilante de seguridad de la Fira de Santa Llúcia destaca que en la ley de seguridad privada de Catalunya en uno de sus artículos se recoge que una de las funciones de un agente de seguridad privada “en relación con el objeto de nuestra protección o de la actuación, es detener y poner inmediatamente a disposición de las fuerzas y cuerpos de seguridad competentes los delincuentes”. Asegura que ya sabe que no puede leer los derechos al detenido ni pasarlo a disposición judicial pero “sí que practicar una detención”. Los paradistas preguntados felicitan a Víctor por su actuación y reivindican que su trabajo se tendría que valorar más. El presidente de la Fira de Santa Llúcia, Albert Deulofeu, destaca que el vigilante y los controladores actuaron “con rapidez y correctamente” y cuando acabe la feria “miraremos lo que se puede hacer” para que el equipo de vigilancia pueda ser reconocido oficialmente.
Para Víctor, de 37 años y que empezó como vigilante con la llegada de la crisis, no sería el primer reconocimiento. “Tengo una medalla que me entregaron los Mossos d’Esquadra, el propio exmayor de los Mossos Josep Lluís Trapero, por ayudar a detener a un pederasta hace dos años. También dos menciones de la Policía Nacional: una por colaborar con la detención de un hombre buscado por la Interpol y otra por evitar una violación a una persona con discapacidad”, concluye.
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