Un Guarda Rural que trabaja en Huelva se ha convertido en la pesadilla de los furtivos. Su profesionalidad en la custodia de los terrenos en los que trabaja le llevan a no dejar de vigilar y perseguir a los ilegales, por muchas horas que esto precise.
Armando Romano Garrido, Guarda Rural de una finca onubense, ha completado con éxito una intervención junto a la Guardia Civil tras una semana de apostadero. El objetivo era un furtivo que hacía uso de cepos para la captura ilegal de conejos. Varios días de seguimiento Junto a la guardia civil de la zona, este guarda completó varios días de seguimiento en los que dos veces localizaron la ubicación de los cepos. Uno de los días, tras llevar en el lugar donde estaban ubicados desde las 6 de la mañana, se marcharon a almorzar a las 14 horas, con la mala suerte de que los había quitado cuando volvieron una hora después.
Doce horas hasta que lo pilló Tras tres días de búsqueda por la finca, lograron dar con la ubicación de los cepos y Armando, primero junto a la Guardia Civil y luego solo, tras 12 horas de seguimiento logró interceptar al furtivo y se puso en comunicación con los agentes, que actuaron y llevaron a cabo las oportunas diligencias. Este guarda siempre lleva cámara en el pecho para grabar intervenciones que realiza en el campo.
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