Ya son dos los vigilantes fallecidos por coronavirus. Aseguran sentirse abandonados por el Gobierno y las empresas, trabajan en primera línea y sin elementos de protección
Más de 83.000 vigilantes de seguridad, guardas rurales y escoltas en activo se sienten abandonados ante la pandemia por coronavirus. “Para la sociedad somos los invisibles. De nosotros no hay estadísticas porque nadie informa”, relata Juan Martín, coordinador nacional de la asociación nacional de vigilantes de seguridad y sus especialidades (Arsepri). Ya son dos los fallecidos por esta pandemia de coronavirus y ambos se contagiaron en sus centros de trabajo, estando en activo. El primero de los fallecidos trabajaba en Málaga, en la sede de canal Sur, y el segundo, en un Decathlon de Barcelona. Asimismo, los compañeros que compartían servicio con ellos también están contagiados.
La mayoría de ellos, explica Juan, trabajan en todo tipo de servicios, en primera línea y sin elementos de protección personal como guantes mascarillas ni geles. Aseguran sentirse desprotegidos, ya que la “mayoría de las empresas nos tienen absolutamente abandonados a nuestra suerte y en los pocos sitios donde tenemos esos elementos de protección personal como hospitales y otros centros, son los propios sanitarios o trabajadores de esos centros los que nos están pasando a escondidas ese material”. Por todo ello piden que se haga visible su problema y dejen de ser un colectivo de trabajadores invisible y olvidado por las autoridades y los empresarios.
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