Esta pérdida representó el 0,82 % de las ventas totales del comercio minorista el año pasado.
El mayor índice de pérdida desconocida los sufrieron supermercados (0,85 %), seguidos de tiendas especializadas (0,72 %), hipermercados (0,63 %) y almacenes mayoristas (0,62 %).
El comercio perdió el año pasado unos 1.800 millones de euros por hurtos de clientes y empleados, así como de errores de gestión, según un informe de la asociación de fabricantes y distribuidores AECOC en colaboración con la consultora EY. Esta "pérdida desconocida", como se las denomina en el sector, representó el 0,82 % de las ventas totales del comercio minorista, frente al 0,84 % de 2015. Aunque el porcentaje de la pérdida desconocida sobre ventas bajó, el montante total de los hurtos y errores creció porque la facturación del sector repuntó el 3,7 %. Según los encuestados, del total de pérdida desconocida, el 59 %, 1.062 millones, correspondió a hurtos externos y el 22 % (396 millones) a hurtos de empleados o personas relacionadas laboralmente con la empresa. Por contra, los errores administrativos elevaron su peso hasta el 19 % (342 millones).
Por tipos de producto, en alimentación, los más hurtados fueron bebidas alcohólicas, ibéricos y conservas; en tanto que en cosmética, los artículos más sustraídos fueron cremas, maquillaje, perfumes y maquinillas de afeitar. En textil, el mayor índice de hurtos correspondió a prendas de vestir catalogadas como textil general (camisetas, camisas, pantalones y jerseys) y complementos y accesorios. Material electrónico e iluminación y pilas, fue lo que más atrajo a los 'cacos' en ferretería y bazar. Consolas y videojuegos, accesorios informáticos y teléfonos se llevaron la palma en electrónica.
A nivel general, los tres productos más señalados por los encuestados como aquellos que sufren más hurtos fueron bebidas alcohólicas (86,7 %), cremas (84,6 %) y textil general (81,8 %). Estos artículos son fáciles de sustraer por su características físicas y atractivos para los ladrones por su elevado valor monetario y la facilidad con la que puedan ser revendidos en mercados paralelos. "Los productos que son la última novedad y aquellos de uso cotidiano por los que no se está dispuesto a pagar sufren una mayor probabilidad de ser hurtados", añade el informe.
En cuanto al fraude en la venta a través de internet, el estudio revela que el 60 % de las empresas de distribución reconoce que no dispone de perfiles especializados en combatirlo. Entre las medidas que usan para combatir el fraude online, el 67 % de los encuestados dice utilizar un software de detección de operaciones fraudulentas y el 40 % asegura que tiene definidos protocolos de actuación con los cuerpos policiales en caso de detectarlo. Además, según el estudio, los grandes establecimientos están poniendo foco en la prevención y detección del fraude de manera proactiva mediante el uso de sistemas inteligentes. Según las empresas, la principal barrera en la lucha contra el fraude estriba en el alto nivel de sofisticación de las mafias que realizan los ataques a nivel internacional (53 %), seguido de la falta de una legislación internacional (41 %).
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