"Mi hija no tiene nada que ver en esto, las madres tenemos derecho a trabajar", es el mensaje con el que Antonia responde al empresario que, tras haberla aceptado para un puesto de trabajo, la rechazó al conocer que era madre de una niña de dos años.
Antonia es fisioterapeuta, tiene 32 años y una hija de solo dos, y pese a que estuvo cuatro años trabajando en Reino Unido sin ningún problema, a su vuelta a España ha sido víctima de una "injusticia" laboral, como ella misma cuenta a laSexta.
Fue hace dos semanas cuando comenzó a buscar trabajo en Granada, su tierra, donde realizó varias entrevistas en las que fue seleccionada. Sin embargo, explica que se equivocó al elegir la que más le interesaba porque, a solo seis días de comenzar a trabajar, le han mandado un mensaje comunicándole que no cuentan con ella.
La razón es tan sencilla como injusta: es madre. "Me lo dijeron cuando me quedaban solo seis días para empezar y ni siquiera se dignaron a llamarme. Ya había superado el proceso de selección", afirma Antonia, a quien en el mensaje le decían que se decantaban por otro candidato porque "tener una hija de tan solo dos años puede ocasionar problemas a corto plazo".
Y el mensaje del empresario termina: "Encontrarás otro puesto adecuado a tus circunstancias". La pregunta es, ¿qué circunstancias?. Una pregunta que también se hace Antonia, quien recuerda que no se explica que "en pleno siglo XXI haya mentes tan retrógradas, y más cuando se trata de un joven empresario de 35 años", que además "no sabe nada de su vida". Y responde a esta injusticia: "Mi hija no tiene nada que ver en esto, las madres tenemos derecho a trabajar". Su objetivo es hacer pública su historia para que quede constancia de que este tipo de situaciones "pasan cada día" y dejan claro las dificultades que tienen las madres para vivir con igualdad su vida laboral.
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