El hombre ha sido denunciado ahora administrativamente para determinar si ha sufrido una falta muy grave en la ley de seguridad privada.
La Policía Nacional ha identificado a un hombre que se hacía pasar por expolicía para ofrecerse como escolta a grupos de turistas en Barcelona, a los que cobraba 50 euros la hora, aprovechando el impacto por el aumento de la criminalidad en la capital catalana.,El hombre, de 48 años y que cumplió una condena de casi veinte años en Rumanía por un delito de tráfico de estupefacientes, ha sido denunciado administrativamente por infringir la ley de seguridad privada.
La Policía Nacional ha identificado a un hombre que se hacía pasar por expolicía para ofrecerse como escolta a grupos de turistas en Barcelona, a los que cobraba 50 euros la hora, aprovechando el impacto por el aumento de la criminalidad en la capital catalana. El hombre, de 48 años y que cumplió una condena de casi veinte años en Rumanía por un delito de tráfico de estupefacientes, ha sido denunciado administrativamente por infringir la ley de seguridad privada, según han informado a Efe fuentes cercanas al caso.
Empezó a publicitarse en las redes sociales ante el aumento de la criminalidad en Barcelona, especialmente después de la muerte a finales de junio pasado de una alta representante del gobierno de Corea del Sur debido a las lesiones que sufrió al caer al suelo cuando un ladrón la empujó desde una moto al intentarle robar el bolso. El hombre ofrecía en las redes sociales un servicio de escolta privado para grupos de hasta 40 turistas, especialmente de nacionalidad alemana e italiana, a cambio de unos 50 euros la hora, a cambio de garantizarles su seguridad en su estancia en Barcelona.
Al tener conocimiento a principios de julio de que sus anuncios se convirtieron en virales en las redes sociales, la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía Nacional estableció un dispositivo en el que logró identificar al falso expolicía. Una vez identificado, se comprobó que no solo no había ejercido nunca como policía ni como agente de seguridad privada, ni en España ni en su Rumanía natal, sino que además había cumplido en su país una condena de casi veinte años de cárcel por un delito de tráfico de estupefacientes, según las fuentes. El hombre ha sido denunciado ahora administrativamente para determinar si ha sufrido una falta muy grave en la ley de seguridad privada.
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