Sólo el 15% de los trabajadores de los filtros de seguridad de la entrada siguen en sus puestos de trabajo ante los impagos
Entrar a la Ciutat de la Justicia de Barcelona este lunes es más complicado que nunca. La huelga indefinida de los vigilantes de seguridad de la empresa Ombuds ha obligado a los responsables de la institución a cerrar una de las dos entradas que dispone el edificio por falta de personal.
Sólo el 15% de los trabajadores que se encargan de forma habitual de los filtros de seguridad siguen en sus puestos de trabajo. Por lo que se concentra toda la actividad en la puerta situada en Gran Vía y se mantiene clausurado el acceso por avenida Carrilet. Cabe tener en cuenta que como el edificio no está catalogado como un servicio público esencial en Cataluña y se ha quedado al margen de los servicios mínimos que ha fijado el departamento de Trabajo de la Generalitat en el marco de la protesta laboral.
Protesta de los vigilantes Las colas han sido la tónica dominante a lo largo de la mañana y han coincidido con la protesta de los vigilantes de Ombuds, convocada por ADN Sindical. Medio centenar de personas se han acercado hasta la Ciutat de la Justícia para denunciar su situación laboral, ya que el grupo controlado por la familia Cortina y el fondo estadounidense JZE no les ha abonado ni la nómina de junio ni la paga extra de mediados de julio. Algo que esperan que se repita con la retribución de julio. Esta situación afecta a la mayoría de los casi 300 empleados que la empresa de seguridad tiene en Cataluña, pero es análoga a la que se vive en el resto del país. Ombuds da empleo a 8.000 vigilantes de seguridad con los que también tiene contraídas deudas.
Quiebra voluntaria indispensable Por todo ello, los trabajadores insisten en que reconocer la quiebra de forma voluntaria es indispensable. No la puede instar la plantilla porque la dirección, encabezada por Rodrigo Cortina, se acogió a finales de junio al preconcurso de acreedores, hecho que le da tres meses prorrogables a cuatro para buscar un socio externo que le otorgue el ansiado balón de oxígeno económico que les garantizaría su futuro.
La primera opción que intentó la cúpula fue negociar con la banca con la que había trabajado hasta la fecha para que les abriera de nuevo las líneas de financiación del circulante. Santander, Caixabank, Bankia y Crédit Agricole le dieron su negativa la semana pasada, tal y como informó Alternativa Sindical. La entrada de un socio externo, asimismo, se plantea como una opción remota ante la situación económica y el conflicto laboral que está abierto en Ombuds.
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