El empleado llegó a entrar al supermercado una hora y media antes de lo estipulado en su contrato. Sin embargo, el problema no es la antelación con la que preparaba el local antes de la apertura, sino que lo hacía sin fichar previamente. Esto vulnera el Real Decreto Ley del 12 de mayo de 2019, que modifica el Estatuto de los Trabajadores e impone el control horario de los empleados.
La empresa argumentó en la carta de despedido del trabajador, a la que ha tenido acceso El País, que "realizaba pedidos, cambiaba precios o reponía palés" incluso entre 49 y 87 minutos antes de empezar su turno, actividad que realizaba sin fichar. De esta forma, vulneraba la norma que señala que hay que registrar cada minuto que se trabaja.
Además, Jean P., nombre del despedido, en ocasiones se encontraba solo en el establecimiento, algo que, por seguridad, está prohibido. No obstante, el afectado se ha defendido, asegurando que si trabajaba más era porque los nuevos cambios en la estructura del supermercado "requerían tiempo y dedicación", y sus jefes estaban al tanto.
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