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José Alfonso es el jefe de equipo de Menkeeper, la empresa que se encarga de la seguridad privada del Festival de Cine de Málaga. Como coordinador del dispositivo, suele estar siempre en el Teatro Cervantes, pero una casualidad quiso que el lunes, a las 22.30 horas, se desplazara a la plaza de la Constitución. Poco podía imaginar entonces que, pese a ser un recorrido peatonal, iba a estar a punto de ser atropellado.
«Teníamos que repartir unas baterías para los 'walkie-talkies' de los compañeros que se encontraban en la plaza de la Constitución y la calle Larios», relata el vigilante. «Entonces, escuchamos la música a todo volumen y vimos un coche de color blanco que venía hacia nosotros a gran velocidad. Por lo menos iba a 70 kilómetros por hora», calcula José Alfonso. Cuando se acercó, observaron que se trataba de un Porsche Cayenne. El vigilante asegura que el conductor, que venía con un brazo por fuera, «como si estuviera bailando», no corrigió la trayectoria del vehículo al toparse con ellos. «Si no saltamos, nos mata. Menos mal que eran las diez de la noche de un lunes. Si ocurre a otra hora y otro día...».
El vigilante asegura que tanto él como los tres compañeros con los que estaba tuvieron que apartarse para evitar ser atropellados. «La verdad es que nos quedamos alucinados. Hasta creímos que podía ser un coche del festival de cine. Hubo un momento en que los policías locales que estaban allí pensaron lo mismo que nosotros», añade José Alfonso. Tras unos minutos de zozobra, los agentes se subieron al furgón policial y persiguieron al conductor del Cayenne por la calle Granada hasta que desembocó en la plaza del Carbón, donde las mesas de las terrazas, abarrotadas a esa hora, se encargaron de frenarlo. Allí fue interceptado por los policías locales, que lo detuvieron por conducción temeraria.
En ese breve recorrido estuvo a punto de arrollar también a Fran, que se presenta como relaciones públicas de la discoteca Gallery y dueño de la empresa de eventos Bestmomentsmalaga: «Yo estoy acostumbrado a identificar los coches que pasan por allí, incluidos los del festival, y ese no me sonaba de nada». Fran trató de avisar al público que se hallaba en la zona, que es peatonal, para ponerlos a salvo. Cuando vi la velocidad a la que venía el coche, empecé a gritar a todo el mundo que se apartara«, relata el joven, quien calcula que el conductor podía ir a casi 100 kilómetros por hora en el tramo de la calle Larios. »Si no me quito, me atropella«, apostilla.
El atestado de la Policía Local identifica a otras cuatro víctimas que, como José Alfonso y Fran, estuvieron a punto de ser arrolladas por el conductor. Entre ellas hay una chica de 18 años a la que supuestamente el conductor llegó a agarrar del brazo. Al parecer, la arrastró unos 10 metros en los que la joven tuvo que correr para no caer al suelo. Tras su detención, los agentes reseñaron al conductor, natural de Bielorrusia y de 38 años. Según las fuentes consultadas, carece de antecedentes en España -reside desde hace poco en un pequeño pueblo de la comarca del Guadalhorce- y el vehículo no figuraba como sustraído.
Los policías locales avisaron a sus compañeros del Grupo de Investigación de Accidentes y Atestados (GIAA) para someterlo a la prueba de alcoholemia. Dio una tasa de 0,0 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Cuando le preguntaron por lo sucedido, tanto en comisaría como en el juzgado, no acertó a dar una explicación lógica sobre por qué había recorrido unos 500 metros por una zona peatonal del Centro de Málaga. Sencillamente, alegó que se confundió. La titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga le tomó declaración como investigado por un delito contra la seguridad vial. Tras ello, quedó en libertad a la espera de ser citado para el juicio.
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