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28 de marzo de 2023

La conciliación, una asignatura pendiente en España:

"Las madres estamos sobreviviendo con un alto coste personal y económico"

Laura Baena, fundadora del Club Malasmadres, pide a las instituciones un Plan Nacional de Conciliación.

La mitad de mujeres cree que tendría que renunciar a parte de su trabajo si tienen un hijo, frente al 11% de hombres.

Más de la mitad de las españolas sufre pérdidas de salario tras tener un hijo: "Me dijeron que no estaba al 100%".

Cobrar menos, renunciar al tiempo libre, y aceptar que el agotamiento va a pasar a formar parte de su día a día. Es lo que tendrá que asumir una mujer que quiera ser madre en España actualmente. El miedo a ser "penalizadas" por ello es, de hecho, lo que para muchas enfría la posibilidad de adentrarse en la maternidad; o, si ya tienen hijos, de tener más. La conciliación es una de las asignaturas pendientes para alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres. Se ha avanzado en algunos aspectos recientemente, pero los datos demuestran que cada vez hay menos mujeres dispuestas a pagar los costes de ser madre en un sistema que lastra sus futuros laborales y personales.

España tiene la tasa de natalidad más baja de la historia y se sitúa a la cola de la Unión Europea (UE). Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2021, la edad a la que se tiene el primer hijo se sigue retrasando y se sitúa ya en 32,6 años, y la media de hijos por mujer en 1,19 frente a los 1,23 de 2019. Este descenso en la natalidad tiene varias lecturas, pero una de ellas es la falta de conciliación y corresponsabilidad respecto a los hombres.

Más de la mitad de las mujeres españolas sin hijos (el 51%) cree que si los tuvieran, renunciarían (cogiendo reducción de jornada, excedencia o abandonando el mercado laboral), frente al 11% de sus parejas, tal y como revela el Estudio Somos Equipo del Club de Malasmadres. Casi siete de cada diez mujeres con hijos (el 68%), además, asegura que habría tenido más si hubiese contado con medidas de conciliación que no penalizaran su salario, según otro estudio de la Asociación Yo No Renuncio.

Este 23 de marzo, Día Nacional de la Conciliación, la fundadora del Club de Malasmadres y presidenta de la Asociación Yo No Renuncio, Laura Baena, denuncia la situación actual. "La tasa de natalidad está en mínimos históricos y, si nos preocupa, deberíamos plantear medidas efectivas que eviten la renuncia masiva de las mujeres al trabajo cuando llega la maternidad y la penalización laboral que seguimos sufriendo", reivindica en una entrevista para 20minutos. Para Baena es urgente impulsar un Plan Nacional de conciliación que implique a instituciones, empresas y familias, y que priorice la flexibilidad laboral, la "protección social de las madres" y la existencia de "redes formales de cuidado". "Las madres no estamos conciliando, estamos sobreviviendo con un alto coste personal y económico", denuncia. Y es que los datos revelan que el precio a pagar por ser madre es caro. Según la Asociación, las mujeres asumen un triple coste por la ausencia de medidas de conciliación: salarial, personal y emocional.

Los cuidados, un trabajo sin reconocer En el ámbito laboral, el 57% asegura que ha visto perjudicado su salario al convertirse en madre. La falta de conciliación, es, además, uno de los motores principales de la brecha de género, que en España se sitúa por encima del 20%. "Si existe una brecha salarial es porque las mujeres se ocupan de cuidar y de sostener la vida y lo hacen sobreviviendo, sin medidas que permitan equilibrar los usos de los tiempos, mientras que los compañeros hombres priorizan su estabilidad laboral a asumir el rol de cuidador principal", detalla Baena. Los cuidados, añade, "tienen rostro de mujer", lo que lastra en sus expectativas laborales al tratarse de un trabajo "invisibilizado" y no remunerado.
"Las jornadas reducidas y las excedencias son trampas a la conciliación"

"Si contáramos con medidas reales que reconocieran el trabajo de los cuidados y permitieran compaginarlo con un empleo sin ser penalizada laboralmente, no solamente evitaríamos la discriminación de las mujeres por ser cuidadoras principales, sino que también más hombres se verían llamados a comprometerse con las responsabilidades domésticas", subraya.

"Las madres están agotadas" El otro coste es el personal. "Las madres están agotadas al extremo", incide. Según datos de la Asociación Yo No Renuncio, el 65% de las madres españolas tiene menos de una hora libre al día y el 20% declara no tener tiempo para ella. Además, más de siete de cada diez mujeres declara sentirse agotada prácticamente a diario por la carga mental de las tareas doméstico-familiares.

"Las madres no tienen tiempo propio. El autocuidado es inexistente y la salud mental de las madres está por los suelos. Y en esto afecta la gran presión social que sufrimos por ser superwoman, la madre perfecta y llegar a todo, cuando con estas jornadas maratonianas, sin flexibilidad es un imposible.", indica la presidenta de la asociación.

A la conciliación le falta voluntad política Para poner fin a esta problemática hace falta más conciencia, tanto a nivel social como a nivel político. Baena asegura que la sociedad al completo todavía no está sensibilizada sobre la falta de conciliación en España. Tampoco en las instituciones, donde echa en falta inversión y voluntad política. "No hay presupuestos suficientes. El Plan Corresponsables es insuficiente, y las leyes autonómicas no tienen competencias para frenar la renuncia de las mujeres. Hay que seguir y seguir para romper el techo de cristal que supone la maternidad", asevera.

La fundadora de Malasmadres reconoce que sí que se han algunas iniciativas que han supuesto una "palanca de cambio", como la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad; pero, a su juicio, estas políticas quedan cojas sin planes de conciliación y corresponsabilidad transversales en el mercado laboral. "Las jornadas reducidas y las excedencias son trampas a la conciliación. Y ahora estamos esperando a la aprobación de la ley de familias, como iniciativa que ponga los cuidados y la diversidad familiar en el centro", afirma. En ese sentido, no se trata solo de asegurar que las mujeres lleguen a puestos de poder, sino de, llegados a ese punto, que exista la posibilidad de trabajar y cuidar "con dignidad" de forma simultánea. "Hay que revisar el modelo laboral y mejorar la relación entre la vida y el trabajo, para que la renuncia por desgaste personal y emocional no sea la única solución".

"Hay que revisar el modelo laboral y mejorar la relación entre la vida y el trabajo" Y en ello también juegan un papel fundamental los hombres, los padres. Para Baena es crucial que se comprometan a cuidar "por derecho y no por obligación". Pide que den "un paso al frente", que se corresponsabilicen tanto de los cuidados como de las tareas domésticas y que, en definitiva, compartan esa carga mental con las mujeres. "Siempre lo decimos: somos equipo y necesitamos que los hombres sean parte de esta lucha social para conseguir una igualdad real", concluye.

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