Condenan a Prosegur por represaliar a un vigilante que tras denunciar malas condiciones laborales fue cambiado de destino: deberá ser reintegrado en su anterior puesto de trabajo e indemnizado con 10.000 € por daños morales.
El juzgado de lo Social número 27 de Barcelona ha condenado a la empresa Prosegur a reintegrar a un vigilante de seguridad al puesto de trabajo que tenía antes de presentar una queja por sus condiciones laborales así como a indemnizarle con 10.000 euros por los daños morales sufridos por el cambio. Según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario, el vigilante fue retirado del puesto de trabajo que desarrollaba en la plataforma de Inditex de Sallent, en Barcelona, tras denunciar ante la Inspección de Trabajo y el sindicato Alternativa Sindical de Trabajadores de Seguridad Privada, ASTSP, el maltrato recibido por los vigilantes a manos de un jefe de equipo.
La sentencia ha considerado probado que hay una relación entre las quejas realizadas por el trabajador, en fecha 21 de febrero de 2021, y la notificación de cambio de destino del mismo, que se le remitió el 9 de marzo de 2022, por lo que el tribunal entiende que se ha vulnerado la garantía de indemnidad del trabajador, esto es, tomar represalias contra él por haber reclamado derechos laborales. Así, según el relato de hechos que el letrado de los servicios jurídicos de Alternativa Sindical, Roberto Mangas Moreno, puso en conocimiento del juzgado y que se han dado por probados, habría existido un abuso continuado hacia los trabajadores por parte del responsable de equipo, que habría llegado a apartar del servicio a algunos de ellos ‘por el mero hecho de solicitar que se respetasen sus derechos y ponerlos en conocimiento del sindicato’.
Además, se da como probado que como consecuencia de que algún vigilante sugiriese el resto de sus derechos laborales el jefe de equipo creaba mal ambiente e intentaba enfrentar a la plantilla contra la persona que reclamaba sus derechos, ‘incluso amenazando con perder su puesto de trabajo y que ahí se hacía lo que el día o habría consecuencias’. Persecuciones, humillaciones en público, cuadrantes desequilibrados con continuos cambios para perjudicar a los trabajadores que reclamaban sus derechos, negativa a entregarles mascarillas durante la pandemia… eran el día a día en esta empresa, por lo que el jefe de equipo ‘creaba angustia, vergüenza y humillación’ a los vigilantes.
No obstante, el hecho más grave que recoge la sentencia tuvo que ver un día cuando ‘un vigilante estuvo a punto de morir ya que se encontraba mal durante su servicio, pidió el relevo urgente y el jefe de equipo no quiso dárselo diciéndole que se metiese un dedo en el culo y aguantase’. Tras denunciar la situación, el vigilante fue trasladado de su centro de trabajo en la plataforma de Inditex en Sallent, Barcelona, con el argumento de que había que ‘maximizar sus recursos humanos y materiales dentro de la difícil coyuntura económica en la que se encontraba la empresa’, algo que ahora la sentencia ha determinado que no era cierto.
Así, el fallo judicial reconoce que el jefe de equipo realizó una persecución continua, a la vez que intentaba menospreciar e infravalorar su valía como trabajadores y creaba rencillas dentro del equipo, ‘siempre con la amenaza de que si hablaban escribía una carta y traían a otro vigilante’. Por este motivo, condena a Prosegur a reintegrar al vigilante represaliado a su antiguo puesto de trabajo en la plataforma de Inditex de Sallent, en Barcelona, así como a abonarle 10.000 euros en concepto de indemnización por los daños morales sufridos.
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