La quiebra de Ombuds y la huelga de los trabajadores de Trablisa en el aeropuerto de El Prat de Barcelona ha vuelto a poner en primera línea de actualidad a las empresas de seguridad, donde muchas de ellas tiran los precios a la baja para ganar contratos y luego no pueden hacer frente a las nóminas de sus trabajadores, frente a otras, como puede ser el caso de Eulen, donde prima la calidad del servicio por encima de otras consideraciones.
El sector de empresas de servicios vive tiempo convulsos donde no todos podrán sobrevivir porque en las subastas de contrataciones, especialmente en las empresas públicas, se ha impuesto para la adjudicación como primer criterio el precio, sin considerar otros factores como la experiencia, las capacidades técnicas o la solvencia financiera.
Es decir, las adjudicatarias, como, por ejemplo, el el caso de AENA, no buscan la calidad y la excelencia del servicio, sino la oferta más barata sin importar si se trata de servicios esenciales para el funcionamiento de los aeropuertos, como la limpieza, la seguridad, la asistencia a personas con movilidad reducida, etc. En la actualidad, una vez pasado el corte técnico, la valoración de la parte técnica no afecta a la adjudicación, lo que provoca que en muchos casos el adjudicatario no sea el proveedor que dispone de los mejores medios ni el que propone el mejor servicio, pero si el mejor precio, a costa de rebajar los salarios de sus trabajadores que logran descolgándose de los convenios colectivos, tal y como permitió la reforma laboral del PP.
Y de esos barros vienen estos lodos. En los dos últimos meses se ha conocido la quiebra de Ombuds, que no puede hacer frente a la nómina de sus trabajadores y la huelga indefinida convocada por los vigilantes de Trablisa en El Prat. Pero antes, también han caído empresas que se adjudicaban grandes contratos públicos como Seguridad Integral Canaria (SIC), Seguriber-Umano, Halcón Seguridad, etc. Pero el sector de servicios, también tiene empresas fuertes y con una larga trayectoria y experiencia no solo en áreas de seguridad, sino en otras como limpieza, servicios auxiliares, trabajo temporal, servicios socio-sanitarios, etc. Una de esas compañías es Eulen.
A diferencia de otras empresas del sector, en su capital no hay fondos de capital riesgo que solo persiguen la rentabilidad, sino que desde que fue creada en 1962, hace casi 60 años, mantiene el 100% del capital español y en manos de la misma familia fundadora en su segunda generación. Pero Eulen es mucho más que una empresa familiar española, que factura 1.700 millones de euros anuales. Es toda una multinacional, con presencia en numerosos países, como Portugal, Chile, Perú, Colombia, Costa Rica, Panamá, Republicana Dominicana, México, Estados Unidos, donde adquirirá una empresa, y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Durante los próximos meses iniciará sus actividades también en Uruguay.
Generador de empleo Eulen desarrolla su actividad en 68 servicios diferentes: Limpieza, Seguridad, Medio Ambiente, Servicios Auxiliares, Trabajo temporal, Servicios socio-sanitarios. Para ello cuenta con 40.000 empleados en España y 54.000 entre los distintos países en los que está presente. Todos esos trabajadores reciben una formación continua a través del Instituto Eulen de Formación, por el que pasan más de 22.000 personas anualmente. Pese al gran número de empleados, tanto en España como fuera, y pese a la grave crisis económica que provocó una drástica reducción de precios en el sector servicios, Eulen nunca ha hecho un ERE ni se ha descolgado de convenios ni ha bajado sueldos, algo legal tras la reforma laboral del PP, manteniendo sus compromisos firmados y los salarios de sus trabajadores.
Su compromiso con la sociedad y sus empleados, además de una política laboral que garantiza la paridad entre hombres y mujeres y que favorece la promoción interna, se refleja en el hecho de que lleva 30 años trabajando con personas en riesgo de exclusión social, directa o indirectamente a través de fundaciones, así como que el 4% de sus empleados cuenta con alguna discapacidad. A esto hay que sumarle que la compañía ha dado empleo a más de 600 mujeres víctimas de la violencia de género desde 2001 y colabora activamente, desde hace más de 15 años, con entidades como el Ministerio de Sanidad, la Fundación Integra y la Obra Social de La Caixa, entre otras.
Crecimiento sostenido Pese a todos los problemas que siempre acarrea un cambio generacional en toda empresa familiar, Eulen ha logrado hacer una transición general, desde el Fundador a la segunda generación, sin ningún problema para la compañía, que ha seguido creciendo y desarrollándose. El problema familiar, no ha afectado para nada a la continuidad de la compañía, tras dejar su fundador las cosas muy claras en su declaración de últimas voluntades.
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