El agente que salvó al acuchillado: "Tenía una puñalada estilo picador y se le veía el pulmón burbujeando"
El agente de la Policía Local de Zaragoza Raúl Gurrea, junto a sus compañeros y los vigilantes de La Casa del Loco, salvó la vida el domingo a un joven que acababa de ser apuñalado. Lo hizo con un parche torácico que cuesta 38 euros y que había comprado de su propio bolsillo, ya que este útil material no forma parte del equipamiento básico de las patrullas.
El celo profesional de un equipo de agentes de la antigua UAPO (a la que recientemente se ha rebautizado dentro de la Policía Local de Zaragoza como Unidad de Refuerzo Flexible) y un parche torácico de oclusión de 38 euros salvaron la vida la madrugada del pasado domingo a un joven de 19 años. Cuando los policías llegaron a las puertas de la Casa del Loco, un conocido bar y sala de conciertos de la calle Mayor de Zaragoza, el chaval presentaba una puñalada profunda “estilo picador” en el pecho, muy cerca del corazón. Le habían acuchillado y sus agresores -se busca a tres varones y una mujer- se habían dado a la fuga. “Tenía como un siete del tamaño de un mechero en el pecho y se le veía perfectamente el pulmón burbujeando”, explica Raúl Gurrea, al que la víctima bien podría considerar su ‘ángel de la guarda’. Porque gracias a este agente de la URF (a sus compañeros y a los vigilantes de seguridad del local), la víctima salvo la vida y se encuentra hoy estable recuperándose de una complicada operación de urgencia en el hospital Miguel Servet.
Por su pasado en las Fuerzas Armadas, Gurrea sabía de la utilidad de este tipo de parches de contención, capaces de frenar en tres minutos una fuerte hemorragia y evitar un neumotórax. Y convencido de que este material podría ser muy práctico para el trabajo de la URF, no dudó en proponerle un curso de formación a sus responsables. “Fueron totalmente receptivos y hoy estamos recogiendo los frutos”, señala el funcionario, destacando el hecho de que la del pasado domingo fuera una intervención conjunta. “Yo sabía que mis compañeros estaban protegiendo mis espaldas, por lo que pude ponerme a atender a la víctima sabiendo que su atacante no iba a regresar”, comenta.
Tras el acuchillamiento mortal de Cambrils El atentado yihadista en las Ramblas de Barcelona y el posterior apuñalamiento mortal de una zaragozana en Cambrils hicieron todavía más evidente la necesidad de formar a los agentes de la entonces UAPO en la utilización de estos parches. “Un centenar de colegas ya saben como aplicarlos, pero lo ideal sería que todos agentes de la Policía Local de Zaragoza recibieran una formación básica, que no precisaría más de cuatro horas”, indica el funcionario. De hecho, parece que el Ayuntamiento de Zaragoza estaría dispuesto a valorar este material de cara a introducirlo en el equipamiento de los agentes.
Pese a llevar algún tiempo instruyendo a sus compañeros, Gurrea reconoce que todavía no se había visto obligado a poner un parche de contención en un caso de vida o muerte. “Me gustaría aprovechar para agradecer la buena labor que hizo el personal de seguridad de La Casa del Loco, ya que colocaron al apuñalado sentado en el suelo y recostado en la pared. Ante un posible neumotórax, haberlo puesto de lado en posición de seguridad podría haber resultado contraproducente”, señala, anunciado que van a impulsar un escrito de felicitación.
Casualidades de la vida, el mismo joven al que la Policía Local de Zaragoza salvó la vida el pasado fin de semana arremetió hace menos de un año contra un agente en plena calle de Alfonso I.Iba armado con una navaja y solo después de muchas advertencias y de ser encañonado con una pistola depuso su actitud. Fue detenido por un delito de atentado, pero el juicio todavía no se ha celebrado.
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