El supuesto aumento de la delincuencia o al menos la mayor percepción de esta en tiempos en los que faltan policías a causa de la crisis y los consecuentes recortes, ha motivado que algunos municipios busquen soluciones imaginativas o recuperen otras alternativas antiguas para garantizar el bienestar público. Estos son algunos de los ejemplos más recientes:
SANTA COLOMA: El regreso del vigilante nocturno a las calles La alcaldesa socialista de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlón, anunció el pasado 17 de enero el regreso de la figura del sereno a las calles del municipio. Los nuevos vigilantes nocturnos serán 18 hombres y mujeres de más de 45 años que no tengan trabajo. Tras un periodo de selección y otro de formación patrullarán todos los barrios de la ciudad y si detectan algún incidente grave llamarán a la policía local. No sólo vigilarán que nadie se deje por ejemplo la puerta de un comercio abierto, sino que también ayudarán a las personas mayores que necesiten, por ejemplo, ir a la farmacia o a una joven a regresar de madrugada desde una estación de metro. El objetivo final será, según Parlon, "paliar la sensación de inseguridad e incivismo que se respira en nuestra ciudad".
SANT CUGAT DEL VALLÈS: Wasaps vecinales y protección de pago Vecinos del barrio de La Floresta, en Sant Cugat del Vallès, que viven muy cerca de la estación de Valldoreix, se protegen con la ayuda de la aplicación Whatsapp . A la mínima que un vecino oye o ve algo sospechoso, o simplemente escucha una alarma, avisa al grupo y todos se organizan para acudir y avisan además a los Mossos. Decidieron organizarse tras sufrir numerosos asaltos, algunos de ellos con violencia, en las casas colindantes con la línea de los Ferrocarrils. En otros barrios de alto poder adquisitivo de este municipio vallesano, como Can Trabal y Montmany, los vecinos han optado por pagar vigilancia privada.
SITGES: Guardias privados contra los manteros El Ayuntamiento de Sitges comenzó en fase de prueba en el puente de la Constitución un dispositivo de patrullas mixtas de policías locales con vigilantes de seguridad para que los manteros no se instalaran en el paseo Marítim, donde además de ejercer una actividad irregular, obstaculizaban el paso. En Navidades repitieron la experiencia. "Fue un éxito porque al final ya no se instalaban y si lo hacian, se iban en cuanto se lo pedían los vigilantes aunque fueran sin policías", explica el alcalde Miquel Forns a este diario. "Y estos vigilantes han costado lo mismo que las horas extras de los policías locales, cuya plantilla es reducida, pero el Estado no nos permite ampliar", añade. El alcalde desvela que copió la idea a Roses y El Vendrell.
DOSRIUS: Patrullas de vecinos en coches Vecinos de urbanizaciones de montaña de Dosrius se organizan para patrullar por las noches en turnos con sus coches. Si entra un vehículo nuevo avisan a los Mossos d'Esquadra. Las patrullas vecinales se activaron por los robos y de la tardanza de la policía, ya que las urbanizaciones están muy apartadas.
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