Disparos sin riesgo. Las inspecciones de la Guardia Civil en el ámbito de las armas de fuego y productos pirotécnicos previenen accidentes, evitan delitos y garantizan la seguridad
Las armas las carga el diablo. El dicho se hizo popular en tiempos de la mili obligatoria para alertar a los soldados de los peligros en el manejo del cetme, pero en la actualidad se sigue escuchando como una expresión coloquial para recordar el riesgo y prevenir disparos accidentales. En la provincia de Valencia, unas 65.000 personas tienen registradas más de 120.000 armas de fuego con sus correspondientes licencias. La Guardia Civil controla todas las actividades relacionadas con su tenencia, uso, fabricación y comercio en diversos escenarios, como puertos, aeropuertos, pasos fronterizos o galerías de tiro. También supervisa los rodajes de películas con armas simuladas, las recreaciones históricas o los ejercicios de tiro y exámenes que realizan los vigilantes de seguridad.
La Comandancia de la Guardia Civil de Valencia tiene nueve unidades de Intervención de Armas y Explosivos distribuidas por toda la provincia en los cuarteles de Patraix, Sueca, Sagunto, Llíria, Requena, Gandia, Xàtiva, Paiporta y Alzira, donde renuevan licencias de armas y llegan ejecutorias judiciales con frecuencia para retirarlas cuando sus titulares son detenidos por violencia de género u otros delitos graves. «Nuestras bases de datos policiales se encuentran interconectadas, y cuando es detenido el titular de una licencia de armas por un delito grave, esta información se traslada de inmediato al Registro Nacional de Armas para iniciar un procedimiento de revocación y retirada como medida cautelar», explica Antonio Díaz Fernández, teniente responsable de las nueve unidades de Intervención de Armas y Explosivos de Valencia.
En las dependencias de la Guardia Civil depositan también armas utilizadas en hechos delictivos. De este conjunto de pistolas, revólveres, escopetas y rifles, aproximadamente un 75 por ciento son legales pero, por uno u otro motivo, acaban en manos peligrosas. «Al igual que sucede con la violencia doméstica y de género, la colaboración ciudadana es clave cuando un poseedor legal de armas sufre problemas psicológicos, sentimentales, alcoholismo o se encuentran en otra situación de incompatibilidad», afirma Díaz.
«Si se sospecha que hay una falta de idoneidad, cualquier familiar, vecino o amigo puede contactar con nosotros con una simple llamada al 062. Garantizamos el anonimato, retiramos el ama como medida cautelar y abrimos un procedimiento urgente para que la persona afectada sea examinada por los Servicios Sanitarios», añade el teniente de la Guardia Civil.
Destrucción de armas Las armas las carga el diablo y las disparan algunos delincuentes si caen en sus manos. Prueba de ello son los tiroteos, los homicidios por disparos y el tráfico de armas, un negocio ilegal controlado por grupos criminales en España. Pero para que esto no suceda, la Guardia Civil destruye todos los años las pistolas, revólveres, escopetas y rifles que sus titulares desechan o que ya no tienen interés para los investigadores tras concluir las diligencias o el proceso judicial. En 2020, un total de 6.621 armas fueron reducidas a chatarra en la provincia de Valencia. «Nuestra exhaustiva labor de control previene accidentes, impide la comisión de delitos con armas de fuego y garantiza la seguridad ciudadana», asevera Díaz. Los especialistas de esta unidad inspeccionan también aquellos paquetes sospechosos de contener armas, como sucedió en ocho ocasiones en el primer semestre de 2021 por requerimiento de las oficinas postales. «Este año se cumple el 35 aniversario de la creación de la especialidad, pero las competencias de la Guardia Civil en el ámbito de las armas se remontan a 1844, el año de la fundación del cuerpo, cuando encomendaron a los primeros guardias vigilar que nadie andara con armas sin licencia», subraya el teniente.
La última subasta de armas Durante el primer trimestre del próximo año 2022, la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia realizará la última subasta de armas de la historia en la provincia. Tras la última modificación del reglamento aprobada el año pasado, transcurrido el plazo de un año desde el depósito del arma sin haber recibido ninguno de los destinos que puede designar su titular, la Dirección General de la Guardia Civil puede destruirla en lugar de proceder a su subasta, como se venía haciendo hasta la fecha.
Las unidades de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil tienen otros cometidos, muchos de ellos desconocidos para la mayoría de los ciudadanos, como el control de explosivos y la comprobación del uso de los mismos en canteras, minas y obras. «Hay que añadir, además, la jurisdicción exclusiva sobre la cartuchería y los artificios pirotécnicos con el fin de velar y asegurar el derecho constitucional de los ciudadanos a su seguridad», puntualiza Díaz. Con respecto a las armerías, la labor de la Guardia Civil es preventiva y está enfocada a evitar posibles accidentes. Los agentes especialistas en armas también inspeccionan los establecimientos de venta de productos pirotécnicos, tanto los de uso recreativo (petardos) como los de artículos que su utilizan en el mar (bengalas náuticas), así como los talleres de fabricación y los espectáculos de artificios pirotécnicos.
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