El coronavirus disparó la demanda de servicios de seguridad en remoto, algo fácil para Securitas, gracias a su apuesta previa por la innovación, explica su consejero delegado en España, Zacarías Erimías. Gracias a tecnologías como la inteligencia artificial, ofrecen servicios de predicción de riesgos y de control de aforos de forma automática.
En 2014, cuando todavía capeaba las consecuencias de la crisis financiera que irrumpió seis años atrás, Securitas Seguridad España entendió que era necesario dar un golpe de timón. El nombramiento de Zacarías Erimías como nuevo consejero delegado de la compañía trajo el inicio de un proceso de transformación que continúa hasta hoy y por el que se ha hecho una apuesta decisiva por la especialización y la investigación en nuevas tecnologías. Como entonces, en estos momentos de incertidumbre la innovación también se alza como vía de supervivencia de un sector que, desde el punto de vista del directivo, continúa siendo "muy tradicional". Y afirma que las únicas empresas que tendrán continuidad serán aquellas que "estén alerta y apuesten por el cambio tecnológico".
La conectividad y la explosión de datos de la Cuarta Revolución Industrial han penetrado en todos los sectores. ¿Cómo se está digitalizando el sector de la seguridad y qué nuevas tecnologías aplica en su día a día? En Securitas, la pandemia nos sorprendió con una digitalización ya avanzada y aceleró el proceso. Los momentos más duros fueron al principio, en el ámbito interno, de organización, y por supuesto, con los clientes en los que teníamos proyectos en marcha y además con los que exigían adaptaciones para la situación que estábamos viviendo, con esos nuevos riesgos que surgieron durante la pandemia. Intentamos contribuir a la continuidad del negocio de nuestros clientes.
De las 18.500 personas que trabajamos en Securitas España, unas 17.000 trabajan en campo con herramientas digitales. Si a los datos que recopilan les sumamos los de los 61.000 sistemas conectados en nuestro centro de operaciones (Securitas Operation Center, SOC), tenemos una cantidad de datos de calidad impresionante. Su análisis nos permite, entre otras cosas, rediseñar permanentemente nuestros servicios de acuerdo con las peculiaridades detectadas o proporcionar cuadros de mando personalizados a nuestros clientes que les facilitan la toma de decisiones.
¿Qué nuevas soluciones de seguridad han sido posibles gracias a las nuevas tecnologías? Nosotros iniciamos en España nuestra transformación digital y tecnológica hace siete años. Una de nuestras principales iniciativas fue crear un Departamento de Innovación y Estrategia de Producto dedicado exclusivamente a explorar nuevas tecnologías y a aplicarlas en nuestras áreas de negocio. Hay una frase que repito con frecuencia, de uno de los fundadores de Apple, que decía que "o eres diferente o el mercado te obliga a vender barato". En el mercado en el que estamos hay una oferta muy atomizada y nosotros optamos por crear este departamento para aportar valor a nuestra oferta.
A partir de aquí, hemos empezado a trabajar con tecnologías como la inteligencia artificial, que usamos, por ejemplo, para filtrar señales de alarma procedentes de analíticas de vídeo que llegan a nuestro SOC. O incluso se me ocurren algunas aplicaciones del IoT para la protección de personal técnico o sanitario desplazado en zonas de riesgo o para el control y la localización de activos de valor en tránsito o dentro de edificios. Y las herramientas que estamos utilizando en procesos internos para intentar aumentar la eficiencia y que las personas puedan dedicar su tiempo a las tareas de mayor valor.
En EE. UU. hay un debate abierto sobre el reconocimiento facial y la UE también ha empezado a abordar los riesgos del uso de esta tecnología, ¿qué puede decirnos sobre este asunto y cómo ve el futuro de la tecnología a nivel legislativo y de uso? En primer lugar, deberíamos distinguir entre el reconocimiento facial en lugares públicos y el que podemos realizar en zonas privadas. En el primer caso, su uso en países como China y Rusia ya es habitual. En Reino Unido, me consta que la policía de Londres lo utiliza en casos de riesgos graves. En EE. UU. está bastante extendido también, sobre todo en espacios como aeropuertos. En cuanto a la UE, la nueva legislación en desarrollo parece indicar una posición más restrictiva.
Esta es una apreciación muy personal, pero cuando hablamos de inteligencia artificial, da la sensación de que estamos hablando de algo de futuro o muy disruptivo, y la realidad es que convive con nosotros en el día a día desde hace tiempo, por lo que hay que romper con los mitos. Yo diría que el reconocimiento facial es uno de los campos más avanzados dentro de la inteligencia artificial, con aplicaciones dentro y fuera del campo de la seguridad. Por ejemplo, se están desarrollando sistemas que se instalan en el salpicadero de los vehículos y son capaces de detectar la fatiga del conductor, lo que va a impactar en la seguridad vial.
La inteligencia artificial es una tecnología necesaria para la modernización y está avanzando de manera vertiginosa. Es interesante ver si la legislación que aún está por venir consigue poner puertas a este campo. Según los últimos estudios publicados, parece que las empresas españolas estamos por encima de la media europea en el uso de inteligencia artificial, lo cual me parece un dato destacable.
¿Cómo garantizan la privacidad de los datos en el uso de estas tecnologías? Estamos usando esta tecnología en controles de acceso, en edificios corporativos, recintos industriales… complementando o como alternativa a otros medios de control. Obviamente, en estos casos cumplimos con todas las medidas legislativas aplicables, incluyendo la protección de datos. Nuestro Departamento de Innovación y el Jurídico siguen muy de cerca el desarrollo de la tecnología y del ámbito normativo, para incorporar los últimos avances y también, desde luego, para todo lo que esté relacionado con la protección de la privacidad de estos datos.
¿Qué servicios han sido los más solicitados durante la pandemia y cómo cree que evolucionará su demanda una vez superada la crisis? Como todas las empresas, tuvimos que reaccionar con mucha rapidez. En este caso, había soluciones muy específicas con una especial demanda a causa de la pandemia, como puede ser la medición automatizada de la temperatura corporal o el control de aforos. Pero el mayor cambio que nos ha traído la pandemia en el campo de la seguridad es la consolidación de los servicios remotos. Se ha acelerado una tendencia ya existente hacia lo virtual. A nosotros, que ya contábamos con una amplia experiencia en este ámbito, nos ha permitido seguir desarrollando nuestros servicios de vigilancia remota en zonas industriales, en comercio o edificios corporativos, o incluso la escolta de personas mediante rondas realizadas desde nuestro SOC. Estos servicios van a permanecer y crecer.
Cuando la gente habla de "seguridad" lo primero que se le viene a la cabeza es "alarmas", pero entendemos que es mucho más. ¿Cómo se lo explicaría al gran público? No es sencillo. Intentamos transmitir confianza y tranquilidad para que los clientes se puedan dedicar a su negocio. Para eso, nuestra labor es conocer los riesgos potenciales que les afectan. Este año hemos recibido el premio de Actualidad Económica a las 100 mejores ideas del año, por nuestra herramienta para predecir el riesgo. Risk Prediction es una solución pionera de apoyo a la toma de decisiones de seguridad basada en inteligencia artificial. Nuestro Departamento de Innovación la ha desarrollado para identificar riesgos de manera predictiva. Para ello, hemos recogido teorías criminológicas para el control de prevención del delito y las hemos trasladado a modelos de machine learning que se alimentan de la enorme cantidad de datos que antes comentábamos.
Con ello, somos capaces de detectar y predecir el riesgo por áreas geográficas muy específicas. Podemos evaluar las vulnerabilidades por activos o instalaciones y alertar de los riesgos potenciales, para intentar atajarlos antes de que se produzcan. Estas herramientas están teniendo mucha aceptación en clientes con instalaciones o activos repartidos en diferentes puntos del territorio nacional, como pueden ser gestores inmobiliarios, cadenas de retail o industrias multisite.
¿Podría explicarnos otros proyectos de innovación en los que estén trabajando ahora mismo y cómo los están aplicando a sus líneas de negocio? A través de nuestro Departamento de Innovación estamos permanentemente analizando nuevas tecnologías para incorporarlas a nuestras soluciones de seguridad. Creemos que es la única manera de llegar al mercado de una forma distinta y ser capaces de aportar valor a nuestros clientes.
La transformación de los últimos años dio comienzo como una motivación para salir de la situación que vivíamos tras la crisis. Nos dimos cuenta de que teníamos que dar con un modelo de organización y negocio diferente. Apostamos por algo que nos ha dado buenos resultados: la especialización, fundamentalmente en sectores como la banca y el comercio. Algo que también nos hace diferentes es, siendo una compañía global, Securitas en España tiene un arraigo local muy fuerte, lo que siempre ha sido una de nuestras palancas de crecimiento.
Otro punto fuerte ha sido la tecnología y el cambio cultural permanente. A la vez, hemos ido trabajando en la atracción de nuevo talento, con la contratación de perfiles que no procedieran de la seguridad privada, lo que nos ha aportado un conocimiento que no existía en la organización. Sin desmerecer, por supuesto, al talento ya existente que hemos intentado desarrollar con programas formativos. Considero que el éxito de nuestra transformación reside en una adecuada alineación entre personas y tecnología y sobre todo el compromiso de toda la organización.
¿Hacia dónde se dirige el sector seguridad? ¿Cómo se lo imagina dentro de 10 años? No me atrevería a hacer un pronóstico cerrado, dado que estamos viviendo una etapa marcada por la incertidumbre y una transformación tecnológica exponencial. Diría que tiene un exceso de oferta poco profesionalizada. Ante este panorama, una deducción lógica puede ser que habrá una tendencia a la concentración, puesto que el ritmo de transformación que nos exige esta etapa solo lo van a poder seguir aquellas empresas que estén alerta, que apuesten por el cambio tecnológico y la innovación, pero también que tengan músculo financiero.
¿Cuáles son los grandes retos del sector? Es muy tradicional. El reto está en la modernización, la incorporación de tecnología, en esa digitalización obligatoria y esa búsqueda de eficiencia continua. El desafío es irnos transformando. El sector sigue muy apalancado en los servicios tradicionales a través de personas. El reto es cómo buscar el equilibrio entre esos profesionales y la tecnología adecuada, para que esos servicios sean más eficientes.
¿La tecnología hará que sea necesaria menos gente en el campo? ¿O es compatible con un gran número de fuerza humana? Lo lógico es que la tendencia sea como en otras actividades: profesionales mejor formados y, por supuesto, implicación de la tecnología en todo tipo de servicio. Vamos por la vía de buscar la eficiencia y eso va a exigir profesionales diferentes, que tengan otra perspectiva. Nosotros, en muchas ocasiones, hablamos de gestores de seguridad, más que de vigilantes. Alguien que tenga una perspectiva completa de lo que es la seguridad y que sea capaz de mantener funcionando cualquier tipo de negocio sin que nada le afecte y pueda atender cualquier punto del catálogo de riesgos. Hablamos de una perspectiva de 360 grados para que los clientes puedan estar tranquilos y dedicarse a su actividad principal.
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