El PP critica la contratación al asegurar que constata la falta de policías locales y el retraso en aprobar más oposiciones.
Una veintena de auxiliares de seguridad se encargarán de controlar los dos días de la Ofrenda a la Mare de Déu que no entre público dentro de la zona acotada por donde pasarán miles de falleros los próximos días 3 y 4. Debido a la normativa por la pandemia sanitaria, tanto la plaza de la Virgen como las calles Mar, Avellanas y Caballeros estarán cerradas a los viandantes. El concejal del grupo popular, Carlos Mundina, denunció ayer al hilo de conocer la decisión tomada en la Junta Local de Seguridad que será la «primera vez que se contrate auxiliares de seguridad privada para controlar actos falleros como la Ofrenda». Para el edil, esto sucede por la «merma de falta de dispositivos, consecuencia directa de la falta de impulso y trabajo del gobierno de Compromís y PSPV», recordando que aún no se han aprobado las bases de las oposiciones para Policía Local de 2020 y 2021. Fuentes de la concejalía de Protección Ciudadana no respondieron a estas acusaciones a preguntas de LAS PROVINCIAS.
«Se está perdiendo mucho tiempo en reforzar nuestras plantillas y eso tiene consecuencias directas». Los auxiliares de seguridad privada contratados no tienen categoría de autoridad por lo que «puede haber algún conflicto con los ciudadanos a la hora de dar instrucciones o órdenes en la vía pública». Mundina subrayó que «el PP confía completamente en la profesionalidad de todos los agentes que van a participar en el dispositivo pero lamentamos que el gobierno de Ribó haya dejado para última hora la Junta Local de Seguridad porque ante estas Fallas excepcionales lo más importante es planificar».
El concejal de Ciudadanos Narciso Estellés pidió por su parte que «los efectivos de la Policía Local intensifiquen el control en las zonas de la ciudad donde se hace botellón para impedir las aglomeraciones de personas y prevenir casos de Covid-19 con motivo de la crisis sanitaria». El bando de las Fallas 2021 prohíbe el consumo de alcohol fuera de las zonas autorizadas, es decir el casal o la carpa. El edil señaló que «del más de millar de agentes participantes en las labores de vigilancia durante las fiestas falleras, un parte debe dedicarse a velar para prevenir los botellones en cualquier punto de la ciudad donde, habitualmente, se celebran el resto del año».
Esta semana habrá un refuerzo de 1.167 agentes, que se centrarán sobre todo en el quebrantamiento del toque de queda y las aglomeraciones del público en las zonas más falleras y en las habituales de botellón. Sobre los actos, habrá dos días clave: el día 1 con las mascletaes descentralizadas en los barrios y la jornada de la cremà por la necesidad de despejar la plaza del Ayuntamiento. En total, habrá nueve emplazamientos para fuegos artificiales, lo que ha obligado a elaborar 26 planes de seguridad para mascletaes de cien kilogramos de material, al tener en cuenta las organizadas por las comisiones. Sobre estas últimas, se han contabilizado 19 planes para espectáculos de menos de cien kilos.
Toda la plantilla de bomberos estará operativa, mientras que se ha previsto un dispositivo especial para inspeccionar 145 fallas en 12 grupos y catalogar así las que son de alto riesgo. Para esto último, se estima que llegarán al centenar. En la cremà habrá 151 bomberos y 119 vehículos. Sobre el tráfico, se cortará la circulación en el centro el próximo jueves a las 16 horas. Las señales y semáforos junto a los monumentos ya han sido desmontados.
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