Metro ha reforzado la exposición del centenario ante el rumor de que grafiteros de toda España intentarán pintar los vagones históricos utilizados en 1919 por el bisabuelo del Rey
Más vale prevenir que curar. Tras los últimos ataques de grafiteros a la red de Metro de Madrid, el Gobierno regional ha decidido blindar los históricos vagones que utilizó Alfonso XIII en 1919 en la inauguración del suburbano, que se exponen en la estación de Chamartín. Sobre todo teniendo en cuenta que la dirección de Metro recibió a principios de noviembre un aviso que aseguraba que circula en redes sociales un apuesta entre los grafiteros de toda España para intentar pintar estos convoyes. Siete vigilantes protegen permanentemente la exposición, explican desde Metro, conscientes de que supondría un duro golpe mediático y de prestigio para la institución que los vándalos consiguieran su propósito.
Metro no sabe si el aviso que recibieron es real o un simple bulo. No han visto plasmado en ninguna página web ni en ningún mensaje de redes sociales el presunto reto. Se supone que hay una recompensa económica, que supera los 20.000 euros, para quien consiga profanar los vagones, pero tampoco se sabe quién pone supuestamente ese dinero. De todas formas, Metro ha tomado precauciones y protege con celo los vagones de Alfonso XIII, visitables para el público los viernes, sábados y domingos de 10:00 a 14:00 en la estación de Chamartín.
Desde el sindicato CCOO confirman que se ha reforzado la seguridad en Chamartín, pero lamentan que siga habiendo zonas del suburbano, "toda una ciudad subterránea", sin proteger. "Cada día hay más de 40 estaciones sin personal de Metro, lo que se traduce en puertas abiertas para que se cuele la gente, entre ellos los grafiteros. Este lunes, por ejemplo, hubo un arrollamiento de una persona que se coló en la estación de Planetario, que no tenía personal". La Consejería de Transportes mantuvo una reunión con Delegación del Gobierno el pasado 14 de noviembre para reforzar la presencia de Policía Nacional, no dentro de la red de Metro sino en superficie. También se creó una comisión de seguimiento que todavía no se ha reunido.
Este mismo martes de madrugada, la Policía Nacional detuvo a tres jóvenes de 18, 20 y 24 años acusados de pintar vagones en la estación de Cuatro Caminos. Llevaban 53 botes de pintura. No se habían producido arrestos desde el 23 de noviembre, cuando se detuvo a nueve grafiteros. Entre enero y noviembre de este año, Metro ha denunciado a la Policía 503 actos vandálicos, que han provocado unos daños económicos valorados en 1.001.605 euros. Borrar los grafitis en el suburbano madrileño costó 1,6 millones a las arcas públicas en 2017, 300.000 euros más que en 2016. El año pasado se contabilizaron en toda la red 852 grafitis (cuando las superficies atacadas superan los cuatro metros cuadrados) y 212 pintadas (hasta cuatro metros cuadrados), además de 1.174 intentos frustrados. Estamos hablando de seis ataques o intentos de media al día.
La Policía Nacional investiga la oleada de ataques de principios de noviembre, que coincidió con otros 'atracos' (el término utilizado por los grafiteros) en el metro de Barcelona. Lo más probable es que estuviéramos ante retos organizados por distintos grupos para ver quién era el más osado, lo que conllevó el 'efecto llamada' para que se produjeran más ataques. Según fuentes de la Policía Nacional, en uno de esos ataques los propios organizadores tuvieron que dejar grafiteros fuera de las instalaciones ante la cantidad de 'voluntarios' que se presentaron. "Son grupos totalmente organizados". Que no dudan en colgar sus hazañas en redes sociales. Y a veces violentos, ya que han agredido a policías, trabajadores de Metro y usuarios.
Los sindicatos han pedido más seguridad, sobre todo en depósitos y sacos (vías muertas a lo largo del recorrido de una línea) donde se guardan los convoyes. Metro de Madrid se ha comprometido a reforzar la seguridad con perros en estos depósitos, pero habrá que esperar a que se licite el próximo contrato en marzo de 2019. La consejería ya puso en marcha este año una experiencia piloto con canes en las cocheras, "y allí donde los pusimos no hubo ni una sola intrusión".
En Chamartín, donde descansa el convoy utilizado por Alfonso XIII, no hay perros, pero la vigilancia es extrema. Los cuatro vagones de hace un siglo están ubicados en una de las vías muertas de la estación, junto a los andenes de la línea 10. La exposición tiene un horario limitado para el público en general, cuatro horas los viernes, sábados y domingos. Metro ha recibido comunicados de los vigilantes que creen haber visto a los que podían ser grafiteros tomando fotos de la zona. La entrada es gratuita, aunque hace falta la adquisición de un título de transporte, ya que la exposición se encuentra dentro de la estación.
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