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12 de diciembre de 2018

GRANADA: Vigilancia privada en las fincas y sistemas de alarmas en las cooperativas para evitar los robos

Sólo en la temporada de otoño han sido decomisadas ya siete toneladas de níscalos arrancados del monte público en la provincia

«Estamos detectando una mayor presencia de guardas de campo en las fincas y de sistemas de videovigilancia en las cooperativas». Las palabras son de Juanjo, el responsable del equipo Roca de Santa Fe, quien apunta que la mayor presencia de estos guardias les permite a ellos mantener un intercambio de información permanente por las distintas áreas donde trabajan.

La campaña de subtropicales y la de aceituna -ambas están en marcha ya- ha llamado a la puerta de distintas empresas de seguridad de la provincia para contratar a vigilantes que velan para evitar estos robos. «En nuestra zona de vega, hemos visto a bandas itinerantes en muy pocas ocasiones y la mayoría de las veces no suele ser gente de aquí. Lo más frecuente es encontrarte a personas con muy pocos recursos que optan por este tipo de hurtos», advierte este guardia civil. No sólo hay robos en fincas privadas. Los montes públicos de la provincia de Granada se han convertido en una gran mina de oro para mucha gente dedicada a llevarse grandes cantidades de setas silvestres de forma ilegal. La vigente Ley Forestal permite arrancar hasta cinco kilogramos por día y por persona sin tener que solicitar permiso previo al propietario de ese monte. Durante este otoño ya han robado 7.000 kilos de níscalos en la provincia.

Sin embargo, tanto los agentes de Medio Ambiente como la Guardia Civil detectan en estos días un trasiego importante de foráneos que se llevan estos manjares de la naturaleza. La recolección de productos en los espacios naturales está regulada por la Ley 8/2003, de 28 de octubre de la Flora y la Fauna Silvestres, que requiere autorización para la extracción y aprovechamiento de los productos silvestres, salvo en las excepciones previstas para aquellos casos cuyo fin es el autoconsumo de determinadas especies.

La Guardia Civil advierte también del daño que se genera en el medio ambiente al arrancar estas grandes cantidades de setas silvestres utilizando prácticas desaconsejadas que destrozan el suelo donde se encuentran estos hongos, impidiendo su reproducción para la próxima temporada o generando otro tipo de perjuicios irreparables.

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