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3 de diciembre de 2018

Instalaciones aeroportuarias: La puerta de entrada y salida vía aérea

El Aeropuerto de León forma parte de una base aérea militar abierta al tráfico civil que contribuye al desarrollo de la provincia 

El Aeropuerto de León ofrece la posibilidad de llegar o salir por vía aérea a los turistas y residentes. Pero sus instalaciones también prestan servicio a las escuelas aéreas, vuelos chárter, privados o de trasplantes y en lo relativo a las pistas son compartidas con el Ejército al tratarse de una base aérea militar.

Las instalaciones aeroportuarias forman parte de una base aérea militar abierta al tráfico civil que contribuye al desarrollo empresarial, industrial y turístico de la provincia. Además genera una gran actividad comercial por medio de los vuelos comerciales y privados. El transporte de mercancías a través de sus instalaciones es mínimo. Durante el año pasado el aeropuerto registró 44.400 usuarios, lo que supuso un crecimiento del 22% respecto a 2016. La nueva infraestructura, inaugurada el 11 de octubre de 2010 por quien en esa fecha era el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue concebida para dar servicio a 500.000 pasajeros al año, con una capacidad por hora de 300.

Para ofrecer el mejor servicio a los pasajeros las instalaciones se componen de una terminal en la que se atiende a los viajeros que tiene una superficie de 5.000 metros cuadrados y la pista donde tienen lugar las operaciones con 3.000 metros de largo y 45 de ancho. A esto hay que añadir tres calles de rodadura, la primera de las cuales facilita el acceso a la plataforma militar, la segunda a la civil y una tercera que conecta ambas. La plataforma civil dispone de 54.000 metros cuadrados de superficie y en ella se pueden estacionar siete aviones grandes y una decena de menor tamaño como avionetas o aeronaves privadas. Este espacio también tiene reservado un lugar para el deshielo de los aviones cuando las circunstancias lo hacen necesario.

La infraestructura, que permanece abierta entre las 09.30 horas y las 21.00, también dispone de un amplio aparcamiento para coches así como varias plazas para autobuses. Pero la disponibilidad del aeropuerto y su personal es absoluta y atienden a cualquier hora vuelos de emergencia tales como los que transportan órganos para trasplantes. Las instalaciones registran una media de 36 vuelos al año de la Organización Nacional de Trasplantes. Para sacar adelante la actividad, el número de trabajadores que presta servicio en las instalaciones asciende a 55, entre personal de Aena y auxiliar, que realiza labores de mantenimiento, limpieza, seguridad y handling. Al frente de este equipo se encuentra el director del Aeropuerto de León, Ángel Rubal, quien accedió al puesto en junio de 2013. Entre 2005 y hasta ocupar su nuevo cargo fue adjunto a la dirección.

El tipo de avión que opera habitualmente en el aeropuerto leonés es el Boeing 737 yAirbus 320 que tienen una capacidad de 180 plazas. También lo hace el CRJK/CRJ-1.000 que cuenta con 100 asientos. La infraestructura está preparada para dar cabida a aeronaves de clave superior como el Boeing 757 o Airbus 330 que pueden transportar a 220-240 pasajeros. De hecho, en alguna ocasión han operado en el aeropuerto leonés Boeing 757. Ángel Rubal manifiesta que “el aeropuerto vive una etapa de crecimiento y los meses de más actividad se contabilizan 300-400 operaciones. En 2017 se registraron 2.236”. Además de los vuelos comerciales tienen lugar operaciones relativas a trabajos aéreos, aerotaxi, vuelos privados, escuelas de aviación o de la Organización Nacional de Trasplantes. Rubal incide en que “el aeropuerto leonés genera operatividad en otros aeródromos. Hay vuelos a Barcelona cinco días a la semana y a Menorca e Ibiza dos y en verano se amplían a Mallorca y Canarias”. Los chárter funcionan muy bien con el Club de los 60 a destinos europeos o los del Imserso. También hay que contabilizar los que programan las agencias de viaje y suscitan un gran interés entre los usuarios.

Un dato relevante sobre el servicio que se presta en el aeropuerto es su puntualidad, que el año pasado se cifró en el 98,6%. Para que esta realidad sea posible, es vital la aportación de los distintos trabajadores de la instalación. Cada jornada todos los empleados revisan el estado de su puesto de trabajo, paso previo para que el aeropuerto pueda operar. También se cuenta con un procedimiento de actuación ante inclemencias invernales. El servicio de bomberos se compone de tres efectivos por turno que para realizar su labor cuentan con tres vehículos. Entre sus labores se encuentra la de la limpieza del campo de vuelos, por ejemplo, en caso de nevadas. Para ello disponen de un quitanieves provisto de cuchilla y dosificador de fundente y una barredora con cuchilla.

Otro elemento destacable es el vehículo con el que se mide la fricción de la pista, cuyo resultado se comunica diariamente a la torre de control del aeropuerto. Para que las operaciones que se realizan en el aeropuerto gocen de la máxima seguridad, también se tiene en cuenta la información diaria que facilita la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Cada aeropuerto posee un protocolo de seguridad cuyas pautas a seguir están recogidas en el Programa Nacional de Seguridad para la Aviación Civil. En el 'lado tierra' de la terminal esta labor la ejerce el Cuerpo Nacional de Policía y personal de vigilancia privada. Una vez pasado el filtro de seguridad, en el denominado 'lado aire' es la Guardia Civil quien supervisa el control y en el caso de los vuelos internacionales se precisa el apoyo de los agentes de aduanas. Como consecuencia de los atentados terroristas, el control de los viajeros y sus pertenencias es una labor fundamental. Para ello, los usuarios deben atravesar un arco se seguridad y un escáner revisa los equipajes de mano. Otros elementos fundamentales en este punto son los equipos detectores de trazas de explosivos, así como los que inspeccionan líquidos, aerosoles y geles, los denominados LAG.

Los usuarios cuentan con tres puntos de embarque, uno de ellos para vuelos internacionales, donde se sitúa el control de pasaportes. Todas las maletas que van en la bodega del avión se inspeccionan mediante el escáner para pasar a continuación al denominado 'hipódromo', donde se cargan en el carrillo que las transportará hasta la bodega de la aeronave. Al tratarse de un aeropuerto pequeño la aproximación a la terminal se realiza a pie. En el caso de que algún pasajero tenga dificultades para desplazarse por el motivo que sea se cuenta con un servicio de atención a personas con movilidad reducida. Las dimensiones del aeropuerto y el tráfico que soporta posibilitan que una vez que ha tomado tierra el avión el traslado hasta la pista de estacionamiento se realice en tan solo dos minutos.

La seguridad aérea es una cuestión fundamental. Es por ello que cuando una aeronave abandona la pista de estacionamiento el denominado coordinador se encarga de revisar que no quede ningún objeto en el suelo que en una maniobra posterior de otro avión pudiera salir proyectado. El aeropuerto dispone de una central eléctrica de alta tensión para atender las necesidades del campo de vuelo tales como las ayudas visuales o de navegación. También cuenta con grupos electrógenos y un depósito de combustible para atender las necesidades de los aviones. En la terminal de pasajeros hay un hueco para los denominados 'espacios solidarios' en los que distintas ONG realizan su labor.

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